Las pistas de las tierras conducen a un domicilio fantasma

Las investigaciones acerca de Meridiana y Latinsur conducen a un contador uruguayo.

NEUQUEN (AN).- Las dos empresas que figuran como dueñas de los campos pampeanos investigados por la justicia neuquina -Meridiana y Latinsur- se unen en un mismo nombre: Angel José Campiotti, un contador uruguayo que en 2001 fue mencionado en el informe de lavado de dinero presentado por la diputada Elisa Carrió.

El profesional oriental es una de las llaves para determinar los nombres de las personas que se resguardan detrás de las sociedades anónimas que, a su vez, estarían relacionadas con otra empresa de dudosas raíces: Finonville Sociedad Anónima.

Campiotti, presidente de Grupo Latinsur Sociedad Anónima, registra como domicilio legal de su empresa una supuesta oficina en el séptimo piso A de la calle Maipú al 746 de la Capital Federal. Pero en el teléfono atiende Carolina Delbue, una mujer que -paralelamente- aparece como directora de Meridiana SA y asegura no conocer «nada de nada» de ninguna empresa. Y según sea la pregunta (la llamaron dos periodistas de «Río Negro») conoce o no a Campiotti. En un caso, dijo que no lo conocía y en otro comentó que el contador vive en Uruguay.

Campiotti ha sido imposible de ubicar y podría la cabeza de las empresas que encubren la verdadera propiedad de los campos ubicados en la zona de El Durazno, que se le adjudican al ministro de Seguridad y Justicia de Neuquén, Luis Manganaro.

Delbue ratificó que el número de teléfono y la dirección como propios, y sumó sospechas sobre las firmas que aparecen como dueñas de unas 9.000 hectáreas aglutinadas en un solo campo, que administra Juan Carlos Santángelo, asesor del Banco Provincia de Neuquén cuando Manganaro presidía la entidad.

 

Manganaro se presentó

El ministro de Seguridad se manifestó ayer con respecto a la investigación publicada por el martes por este diario. Lo hizo a través del boletín de prensa oficial luego de que, por la mañana, el gobernador lo ratificara en el cargo durante una entrevista radial. Manganaro afirmó que se trata de una campaña de «persecución y desprestigio a funcionarios de este gobierno por parte de un sector político y sindical minoritario, junto al grupo económico diario «Río Negro».

El funcionario frecuenta los campos en cuestión y es señalado por los empleados como el presunto dueño. Manganaro no habló de la in

vestigación judicial por presunto enriquecimiento ilícito que lleva adelante la fiscalía Anticorrupción.

«Una vez más, se demostrará en el ámbito judicial competente la falsedad de las manifestaciones vertidas», sostuvo el ministro quien el martes fue el único funcionario de peso ausente en el sorpresivo anuncio de aumentos de salarios a los trabajadores estatales. La causa judicial, iniciada a partir de una denuncia del sindicalista Julio Fuentes, no tiene juez por el momento luego de la excusación del juez Héctor Rimaro (ver aparte).

El caso de las tierras levantó un revuelo en La Pampa donde el diario «La Arena» recogió la investigación publicada por este diario y además publicó declaraciones realizadas allí por la líder del ARI Elisa Carrió. La ex diputada, quien el martes estuvo en Santa Rosa, afirmó que la compra de campos está directamente ligada al lavado de dinero proveniente del enriquecimiento ilícito (ver aparte).

Precisamente en la capital pampeana está el domicilio legal de Compañía Meridiana, en Emilio Zola 433 de Santa Rosa, La Pampa. El presidente de la firma es Julio González y la directora Carolina Delbue, la mujer que ayer rechazó tener ese cargo.

-Usted aparece como directora de Meridiana -le advirtió este diario.

-No, no, ni idea, perdón ¿por qué tantas preguntas? -dijo la mujer.

-Es que estamos averiguando por esa empresa.

-Ni idea, no, no, no.

-¿No le preocupa ni le intriga? -le preguntó «Río Negro».

-No, no, déjeme un teléfono -respondió.

-¿Conoce a Julio González, que sería el presidente de Meridiana?

-No, no.

-¿Conoce al contador Angel Campiotti que tiene su dirección?

-No, no, ni idea.

Los campos fueron comprados a mediados de 2002 por la dos empresas mencionadas. Se encuentran al sur de La Pampa y ahora conforman una unidad donde se destaca el exclusivo coto de caza La Mota. En total, tienen un valor por encima del millón y medio de dólares.

Notas asociadas: Sobisch salió a respaldar públicamente a Manganaro La causa se quedó sin juez Repercusiones en Santa Rosa  

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