Las pruebas científicas son la clave del juicio oral que comienza hoy

No hay testigos directos del asesinato.

NEUQUEN (AN)- Nicolás Pedro Rinaldi Trillo comenzará a ser juzgado hoy por el asesinato de la joven embarazada María Alejandra Zarza, ocurrido el 19 de febrero de 2002. Durante cinco audiencias, se conocerán los detalles del crimen más resonante ocurrido en la provincia en la última década, cuyas características tienen pocos antecedentes a nivel nacional.

De los 38 testigos que fueron citados a declarar, ninguno presenció el homicidio. Por eso, el esclarecimiento del caso depende de las pruebas científicas recogidas por forenses y peritos. Serán los cimientos sobre los cuales se asentará una eventual acusación contra el único imputado, y de su solidez dependerá la sentencia.

Rinaldi Trillo (28 años), padre del bebé que esperaba Alejandra según numerosos testimonios, está detenido desde el 25 de mayo de 2002. Lo acusan de homicidio calificado, que se castiga con prisión perpetua. Según la justicia, tuvo por lo menos dos cómplices que jamás fueron identificados.

El móvil del crimen, el lugar donde fue cometido y el destino del bebé son otros de los grandes interrogantes todavía sin despejar. La búsqueda de la criatura jamás fue abandonada, y recobró impulso luego de que la familia de la víctima recibiera un correo electrónico anónimo cuya veracidad se está investigando. Si se llegara a obtener alguna confirmación de lo que se afirma en ese mail, el curso del juicio que hoy comienza podría cambiar.

Alejandra tenía 25 años, era empleada judicial, trabajaba en la mesa de entradas del Tribunal Superior de Justicia y estaba a punt de recibirse de maestra jardinera. Era hija adoptiva de la familia Riquelme, así como Nicolás lo es de la familia Rinaldi.

Rinaldi fue, según él mismo lo dice, «algo así como su amor imposible». Tuvieron una relación tormentosa que fue y vino con el transcurso del tiempo, hasta que ella quedó embarazada. El imputado no niega ser el padre de la criatura, pero lo pone en duda.

Precisamente para hablar de ese tema se reunieron la noche del 19 de febrero de 2002. Fue la última vez que se vio con vida a Alejandra, cuyo cadáver apareció una semana después en la zona de lagunas de Valentina Sur, frente a Balsa Las Perlas, sin rastros del embarazo.

La investigación del crimen fue una de las más complejas realizadas jamás en la historia provincial, y durante su transcurso fueron descartadas innumerables hipótesis que iban desde la «pista judicial» hasta el tráfico de niños.

Después de dos años de trabajo, los investigadores se quedaron con el único sospechoso que tuvieron desde el comienzo del caso: Rinaldi.

 

Cómo será la primera audiencia

Hoy a la mañana, apenas se declare abierto el debate, los jueces le ofrecerán al imputado la posibilidad de que brinde su versión del hecho. A menos que haya un cambio de estrategia decidido a último momento, Rinaldi no declarará. Se remitirá a lo que dijo durante la instrucción de la causa, en la cual se declaró inocente

Después será el turno de los forenses que realizaron las dos autopsias al cadáver de la víctima. En la primera, el médico José Flores no pudo determinar las causas de la muerte pero en la segunda, cuarenta días después, el médico Carlos Losada descubrió los rastros de una asfixia mecánica.

Este detalle es fundamental. Si no se llegara a probar más allá de toda duda que Alejandra fue asesinada, el caso se derrumbaría.

Hoy Losada ratificará las conclusiones de su trabajo: que Alejandra, embarazada de siete meses y tres semanas, «fue agredida en forma no mortal mediante golpes, uno de los cuales impactó sobre su útero grávido, comenzando un trabajo de parto, el que fue terminado por vía vaginal, en un lugar con condiciones precarias para la asistencia, siendole causada la ruptura de la vejiga y el útero. Su muerte se debió a una asfixia mecánica, infligida antes de terminar el trabajo de parto».

Por su parte el ginecólogo Héctor Pianciola ofrecerá detalles de ese parto forzado. Ambos profesionales se apoyarán en la proyección de diapositivas.

Mañana será el turno del experto de la Policía Científica bonaerense Guillermo Polischuck, quien encontró en el calzado de Alejandra y en la pedalera del automóvil de Rinaldi restos de una planta que sólo crece en el lugar donde fue hallado el cadáver.

Es la única prueba que ubica a Rinaldi en la zona de lagunas de Valentina Sur. Nadie lo vio allí, y el joven asegura que jamás pisó ese lugar. La Ludwigia uruguayensis, nombre científico de la planta, lo señala.

La defensa, que tiene sus propios peritos, apuesta a poner en duda los resultados de la autopsia y también buscará arrancar la Ludwigia del expediente, con el argumento de que crece en todas partes. La pulseada que sostendrá con la fiscalía en las dos primeras jornadas del juicio será clave para todo lo que vendrá después.

Notas asociadas: Los familiares deberán esperar El bebé, las hipótesis y el correo electrónico Un imputado sin coartada Infograma: Las 10 pruebas que comprometen a Rinaldi (Hacer click acá)  

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