Las pymes en el nuevo escenario

Por Eduardo Basz

La globalización de las economías y las políticas de ajuste dejaron su marca en todos los sectores sociales. Pero más aún en el ámbito de las empresas de menor porte.

Usualmente, se la asocia con la clase media, pero los desplazamientos se produjeron en todas las direcciones.

La emergencia de la microempresa, la proliferación del sector informal, la altísima mortandad de las pymes al viejo estilo, la irrupción de una nueva ola de firmas tecnificadas e internacionalizadas, el impacto del Mercosur, la conformación de redes y foros en escala regional, así como la mutación de algunas empresas grandes en pymes hacen que todo sea más complejo de lo que fue.

En este momento en América Latina, entre los autoempresarios, las unidades con menos de 10 personas, tenemos 50 millones de microempresarios que ocupan 150 millones de personas.

En algunos países es casi el 80 por ciento de los puestos de empleo. En esas microempresas hay una capacidad importante de generar producción, y por supuesto empleo, pero una bajísima productividad porque en esa enorme masa de microempresarios, desde los vendedores ambulantes hasta los clanes familiares, se esconden los peores niveles de productividad y de pobreza.

En algunos países esa microempresa es el 50 por ciento del sector de trabajo y supone un gran aliento para el sector informal, claro no se trata del sector informal europeo que está constituido por empresas que huyen de sus compromisos fiscales.

Aquí el sector informal es un efecto del atraso económico como fenómeno histórico, del subdesarrollo. Surge de la exclusión de grandes sectores de la sociedad que no tienen forma de ingresar al mercado aunque están dependiendo de éste para su funcionamiento cotidiano.

Aunque no debemos confundir las cosas, microempresas son una cosa y pymes otra.

Pero en los últimos tiempos comenzó a imponerse otro concepto: mipes, dando a entender que el segmento más chico de las pymes está más cerca de las micro que de las medianas.

En América Latina, el 20 por ciento de las firmas son pymes. Pero debemos tener en cuenta que cuanto más atrasado sea un país, mayor será la incidencia de las micro. Así Bolivia, por ejemplo, es una nación de microemprendedores.

Mientras en los países del Mercosur, la incidencia de las pymes es mayor.

En el Uruguay las pymes agrupan a medio millón de personas, algo así como el 30 por ciento de la población activa. En Brasil son casi el 40 por ciento del PBI y el 70 por ciento de la mano de obra ocupada y hay 4,5 millones de micro y pequeños empresarios.

En la Argentina son responsables del 70 por ciento de la mano de obra industrial y el 50 por ciento del valor agregado. En promedio, las pymes industriales facturan 2,3 millones y ocupan 35 personas.

Se trata de una realidad económica y social que todavía no hizo irrupción en el escenario de la representación política.


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