Las soderías tradicionales luchan por la subsistencia

Cerró la mayoría de las 50 empresas que había en la zona. Pese a la modernización, las nuevas costumbres no ayudan.

ALLEN (AA).- Acompañando el viejo «vermouth» o a un «buen vaso de vino», según recuerdan algunos. Ocupando un lugar central en las mesas argentinas, rememoran otros, el tradicional «sifón de soda» burbujeante y siempre listo para el consumo supo vivir un verdadero auge hace varias décadas atrás.

Cuando las soderías no sólo eran sinónimo de una importante fuente de ingresos para sus propietarios, sino tradicionales y florecientes empresas que viajaban de casa en casa para proveer a centenares de familias, de aquellos esqueletos enteros de esta particular bebida. En sifones de vidrio o de plástico en los años más avanzados.

Sin embargo, hoy también para el viejo sifón las cosas cambiaron y la revolución en la tecnología y las innovaciones de la competencia ya casi han logrado marginarlo, dejándolo a un costado de las ventas.

Si bien aún mantiene su propia tribuna de defensores, parece estar condenado a desaparecer. Lo cierto es que actualmente de las más de cincuenta fábricas de soda que poblaron las tierras rionegrinas, la mayoría debió cerrar sus puertas en sólo los últimos cinco años.

Apenas catorce han logrado enfrentar el duro embate de los tiempos de crisis. Aquellos que principalmente disfrutan de mantener intactas sus costumbres y otros de gustos menos innovadores, se resisten a abandonar la bebida que supo acompañar sus mesas durante tantos años. Pero muchos temen, que de las viejas e históricas «soderías», en los próximos años sólo pueda quedar un buen recuerdo.

«Antes era considerado casi una necesidad para acompañar la comida, nuestros viejos se sentaban a comer con un litro de vino y un litro de soda. Pero hoy pasó a ser un `lujo». Además los precios de las gaseosas o la soda en botella plástica que se vende más barata en todos lados que los sifones, no hacen dudar mucho a la gente a la hora de comprar», coincidieron algunos de los principales soderos de la región consultados por «Río Negro».

Desde aquellos primeros sifones elaborados enteramente en Allen, donde casi en verdadera forma artesanal apenas se trabajaba con un filtro de arena y carbón activado, hoy la empresa «Petisco» fundada en el `44 sigue produciendo esta bebida. Y también incorporando las últimas tecnologías, aunque el rendimiento durante cada fin de mes no sea comparable al de antaño.

Su propietario, Carlos Martín Petisco, reconoce que la ventas han bajado bastante en los últimos años y observa con disgusto, que la planta creada por sus padres no posee «un panorama muy prometedor» a la vista. «Nosotros apostamos a la tecnología, ahora contamos con un equipo de frío y este año incorporamos el sifón de plástico descartable. Esto tiene buena aceptación, pero el problema es que el mercado está muy deprimido», comentó.

«Año tras año fueron decayendo las ventas. Gran parte se debe al poder adquisitivo de la gente. Porque en los barrios más humildes se consumía más soda, y hoy ya no la pueden comprar», agregó. Su cartera de clientes en la última década se vio reducida en casi un cincuenta por ciento.

Las primeras soderías que aún se mantienen en pie en la región, datan de hace varias décadas. Pero ya una de las más tradicionales en la provincia, como lo fue «Mi Valle» en Roca, desde mediados del año pasado cerró sus puertas.

Carlos Pablo de «Soda Pablo» también originaria de la ciudad roquense no se encuentra ajena a los constantes ajetreos económicos del país. «Hoy por hoy para subsistir se necesita realizar ventas de gran volumen o apoyarse en la distribución de otras cosas. Y hacer un verdadero `trabajo de hormiga», sino es imposible seguir en esto», concluyó su dueño.

Como todos, víctimas de robos

La delincuencia y los constantes robos a mano armada que sufrieron en los últimos tiempos las soderías, mayormente los repartidores en las calles, derivaron en que se restrinja aún más la distribución y los horarios de venta, tanto en comercios como a particulares. Tan sólo en poco más de un año los distribuidores de la sodería «Pablo» se convirtieron en víctimas de más de veinte asaltos. Apuntándoles con armas de fuego, decenas de ladrones se apropiaron una y otra vez de las recaudaciones de un día entero de trabajo. Actualmente los repartos en algunos sectores más «conflictivos» los realizan acompañados por un policía, que viaja durante todo el día en cada camión.

«En un año y medio tuvimos 22 robos, y hasta en una oportunidad dos asaltos en el mismo día. Es terrible esto porque, a pesar de la gran desocupación que hay, muchos empleados se fueron por la gran inseguridad que tenían para trabajar», comentó Carlos Pablo. Muchos de sus trabajadores, que se convirtieron en blanco del accionar de los delincuentes, prefirieron marcharse.

En Allen, la tradicional firma Petisco, incluso sufrió graves hechos delictivos en la sede central. Lo cual obligó a extremar las medidas de seguridad en los últimos años. (AA)

La soda de «mi vida»

Insólito o no, actualmente tanto los detractores como los defensores de la televisión, aceptan sin demasiados rodeos que desde aquella querida o criticada «caja boba», se logra imponer cosas y temas en la vida cotidiana de cada uno de nosotros.

Y teniendo en cuenta las nuevas costumbres que van emergiendo cada día, ya nadie se atreve a discutir nada en materia de gustos. Pero lo cierto es que el exitoso programa de televisión «El sodero de mi vida», donde Dady Brieva interpreta al dueño y repartidor de una sodería, ha logrado imponer también en la región el consumo de «soda en sifón».

Su apasionada defensa de esta bebida parece haber logrado el interés de varias familias que sólo en las últimas semanas se han acercado a «hacerse clientes» de algunas firmas de la zona.

«Parece raro, y no es que hayamos incrementado las ventas demasiado, pero la gente se ha acercado a comprarnos directamente a la fábrica y hasta algunos ya se convirtieron en clientes», comentó Petisco. En la sodería «Pablo», sucedió algo similar.

Las botellas acorralan a los sifones

A pesar de los constantes cambios y las variables de cada competencia que le tocó sortear, el sifón supo salir victorioso y se abrió camino entre las mesas para formar parte de cada almuerzo o cena.

Sin embargo los duros golpes de la crisis económica que se vive en todo el país, puso en evidencia que «la gente no busca marcas, ni demasiada calidad, sino precios», aseguró Petisco, uno de los empresarios más antiguos en el ramo en Allen.

Y las grandes y extensas góndolas en los «mini, súper e híper-mercados», y todo lo que se le parezca, parecen ratificar esta mera observación, atiborradas de botellas cada vez más grandes de bebidas gaseosas de las marcas más variadas, e incluso desconocidas. Marchan, cada vez a mayor velocidad, en cada changuito de compras sin parar.

Sin embargo para algunos ésto forma parte de cierta «competencia desleal».

«Son productos de grandes empresas o multinacionales que copan el mercado con sodas de dos litros y un cuarto, que salen más baratas que un sifón de litro. A pesar de que la calidad es inferior, porque las gaseosas que hoy toma todo el mundo son pura agua con edulcorante. Pero lo que manda hoy es el bolsillo…», afirmó sin rodeos el titular del Sindicato de Trabajadores de Aguas y Gaseosas (Sutiaga), Alejo Elgueta.

Del primer sifón «de cabeza de plomo» al renovado envase de plástico descartable de hoy, mucha agua pasó debajo del puente.

No obstante no siempre las alternativas y estrategias para adaptarse al mercado han representado importantes mejoras. En algunos casos, la irrupción de las botellas obligó a imponer nuevos productos, como la soda saborizada o sifones plásticos retornables o no.

Sin embargo los seguidores del antiguo sifón se resisten a aceptar los cambios porque prefieren el «sabor a gas y burbujas» del sifón que «no se compara para nada con la soda de botellas».

En fin, temas de estilos de vida y cambios en los hábitos de consumo que influyen en tendencias y gustos. Pero que nunca son tan rotundos. Ejemplo de ésto es la influencia del programa de Pol-ka que protagonizan Andrea del Boca y Brieva. (AA)


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios