Las Taradas: “¿Cómo no vamos a tocar un cuarteto?”

La orquestina de señorita, como prefieren clasificarla sus integrantes, acaba de cumplir seis años en los escenarios. Con “Sirenas de la jungla”, Las Taradas se presentarán este sábado a las 20 en Pirkas, de Neuquén. Un álbum en plena maduración musical del sexteto.

Su repertorio es ahora de los años 40 ó 50, y abarca autores como Leonor Marzano (1921-93); La Leo, fundadora del célebre grupo cuartetero cordobés que llevó su apodo; Pereira Da Costa, Milton Villela, Django Reinhardt & Josette Dayde, Johnny Cash, Mina, Agustín Lara, Elvis Presley, Los Machucambos, Carmen Miranda, Jaime Dávalos y Eduardo Falú, junto a canciones propias como “No me entiendes”.

Las Taradas está formada por Natalia Gavazzo en percusión y voz; Paula Maffía, voz, ukelele, cuatro venezolano y acordeón; Lucía Patané en voz y guitarra; Rosario Baeza en violín y voz; Marcela Galván Alberti en voz, clarinete, saxo soprano; y Lu Martínez en contrabajo, bajo y voz.

En un salón de Ciencias Exactas y Naturales, de la Universidad de Buenos Aires, donde las chicas van llegando y acomodando sus bártulos, la contrabajista Lu Martínez fue vocera del grupo. Una hora después del encuentro con “Río Negro”, a las 19 del miércoles 28 pasado, interpretaron parte del material de “Sirenas…”, tras la presentación del GenEx, Programa por la Igualdad de Género de esa Facultad, en el Aula Magna del Pabellón II.

“A nosotras no nos interesa entrar en cómo puedan juzgarnos desde una visión externa. Tocamos porque nos gusta y eso se relaciona también con que nos atrae nuestro grupo de personas, lo disfrutamos, la pasamos bien, aprendemos mucho y desde un lugar más compañero, de par, que nos protege de esa mirada”, explica Lucía. “Yo siento que al tener esta forma de llevar a cabo la música, la esquivamos naturalmente”, agrega.

P- A Paula Maffía la he visto cantando sola, Lucy Patané tiene un dúo, compone música para los documentales de Mathieu Orcel… Las demás también manejan otras propuestas musicales.

R- Sí, de trabajo y de goce musical. Nos conocimos sabiendo que cada una tenía otros proyectos, individuales, grupales, por fuera también de la música. Y eso es lo lindo, generar -entre comillas- una especie de escape a esas actividades y juntarnos para obras que no estaban dentro nuestro, a rememorarlas y tocar temas de los años 30, 40 y 50. Estilísticamente, un ámbito muy poco usado por nosotras, de géneros como el bolero, cha-cha-chá, cuarteto. De Las Taradas, nos gusta la poligamia musical donde sabemos que tenemos peso y una visibilidad súper importante. Atendemos eso pero sin descuidar nuestras cuestiones paralelas que también nos enriquecen. Es un laburo, te digo, encontrarle el justo medio y sobre todo porque somos muchas. Cada cosa nos ocupa un tiempo y hay que congeniar horarios de ensayo, para hacer entrevistas, para ordenar las fechas, requiere de nosotras una manera inteligente de movernos para no auto boicotearnos. Tenemos que ser organizadas, saber proyectar para que los acontecimientos no nos agarren desprevenidas y que de repente debamos ensayar y no tenemos horarios libres, por ejemplo. Hace seis años que venimos juntas y podemos mantener el mismo horario o lo planeamos antes de que arranquen todas las actividades y en función de ello, revestimos el resto. Entendemos que es difícil armonizar entre tantas, así que ahí vamos…

P- Dijiste “una manera inteligente de movernos”. El espacio que crearon , con dosis homeopáticas de humor (Lu ríe a carcajadas), un sólido juego interpersonal relacionado con la comunicación en el escenario, con respetar el lugar, los planos, los roles que cada una tiene, requiere inteligencia…

R- Sí, saber aprovechar las herramientas que se tienen a mano. Es como un partido, o sea, saber qué jugador te va a beneficiar en determinada posición, cuándo poner el refuerzo de otro. Es explotar los recursos disponibles, sean del nivel que sean. En general, cada una los posee diferentes y está bueno que tengan su espacio y aprovecharlo para que nos juegue a favor.

P- ¿Cómo arman los arreglos vocales? Me maravilló por el empaste y la armonía que lograron, el de “No me entiendes”.

R- ¡Ahí va! En verdad, se originan en el ensayo. A todas nos gusta mucho cantar y salen naturalmente. A partir de ese boceto directo vamos después escuchando qué suena, qué no, qué falta. Tal vez salen voces duplicadas, una hace una tercera que no usamos porque su voz se proyecta mucho y mejor que haga algo más cerrado en medio de la armonía. Experimentamos entre todas y cada una sugiere lo que escucha internamente y así vamos probando.

P- En el compacto hay un tema de Leonor Marzano.

R- “En bancarrota”, sí, yo lo canto.

P- ¿Por qué lo eligieron?

R- La idea surgió porque, ya en el disco anterior, yo sentía la necesidad de hacer un género que todavía no habíamos tocado. A partir de ahí, fuimos pensando, investigando y en mi caso, llegué al cuarteto. Me acuerdo que habíamos ido a Córdoba y aprovechamos para ver a La Mona (Carlos Giménez) a un club de la capital y nos encantó el fenómeno que es el baile para la gente. Yo dije, ¿cómo no vamos a tocar un cuarteto? Con lo que nosotras somos en el abordaje con el público en general.

Surgió así, comencé a investigar y una amiga cordobesa que a veces toca con Las Taradas, La Negra Marta (Rodríguez), trombonista, nos comentó de La Leo y empecé a escuchar hasta que llegué a esta canción que me pareció hermosa y me sorprendió que su directora fuera esa mujer de un empuje tremendo y haya prácticamente inventado el género, según cuentan. El conjunto de ítems, digamos, hizo que la elección cerrara por todos lados. La letra es increíble, muy realista también; sin el drama del me dejaste, trabajemos por lo que nos importa y vayamos para adelante. Lo empezamos a tocar y lo taradeamos, como decimos. Lo hicimos nuestro y nos salió una especie de cuarteto klezmer…

P- Una mixtura que enriquece lo que escogieron.

R- Sí… Alguien purista que nos escuche, puede extrañarse, pero nosotras venimos de otro lugar y si bien es un desafío hacerlo respetando cómo se toca, no podemos dejar de lado que tenemos un montón de influencias y nos gusta lo diferente. Si no, resulta más o menos lo mismo que ha hecho tan bien otra gente. Nos parece más valioso darle una vuelta de rosca.

P- ¿Y en el caso de Dávalos y Falú?

R- También… Es una canción que para nosotras representa mucho sentimentalmente, porque la ensayábamos con Carla Branchini ( clarinetista, saxofonista y cantante) que falleció hace dos años (a los 32 años). Tuvo una enfermedad (cáncer) y antes que la tomara, estábamos en los últimos ensayos trabajando “Canción del jangadero” que ella trajo. Bueno, nos pusimos ese desafío. Es una obra muy hermosa y también fue buscar nuestro aporte en un terreno poco común para nosotras.

P- Un pedacito doloroso de la historia de Las Taradas.

R- Ya lo creo. Conectamos sentimentalmente entre todas con esa canción y cuando la interpretamos, eso también resuena.

P- En días más van a estar en Neuquén.

R- Por segunda vez… Nos quedamos con un recuerdo tremendo porque fue una concurrencia que no esperábamos, mucha gente, un público re diverso con pibes de nuestra edad, mayores con sus hijos, generando un ambiente muy lindo. Loco, porque fue también en Pirkas, un boliche. Estuvo buenísimo, se armó un baile espontáneo cuando tocamos “Oro y plata”, una milonga del segundo disco. Con esa capacidad de compartir y jugar…

Ahora, la expectativa es que haya un encuentro con quienes vengan, que se diviertan. Nosotras vamos en esa… También a presentar el nuevo compacto, que cuando fuimos hace un año aún no habíamos grabado y estábamos probando sus temas en vivo, donde terminan de afianzarse.

La orquestina de señorita…

“La expectativa es que haya un encuentro con quienes vengan, que se diviertan. Nosotras vamos en esa”,

avisa Lu Martínez sobre el show del domingo en Pirkas.

Las primeras cien entradas costarán 200 pesos (después 250)
y se pueden adquirir
en Croma, Portal de la Patagonia Shopping
y Alto Comahue Shopping.