Las ventajas de la regulación

CIPOLLETTI (AC) – Hace ya muchos años que la cuenca del Negro tiene sus caudales regulados por nueve presas (cinco en el Limay y un complejo de cuatro en el Neuquén). En función de ello, es previsible la cantidad máxima de agua con la que pueden llegar a cada ciudad.

Es en función de esta certeza que la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) pidió a sus provincias-miembros la sanción de normas que establezcan la línea de ribera, que es la frontera del territorio que ocupa el río, que es del dominio público.

Como los recursos naturales corresponden a las provincias, son éstas las que deben establecer esa frontera, pero es tema de debate en los congresos de agrimensores cómo se determina, especialmente cuando se toman los ríos o los arroyos como límites de una propiedad.

Lo que hizo Río Negro fue, precisamente, llenar ese vacío, pero está por verse ahora si la Justicia lo convalida.