«Le apreté el cuello con una soguita de las nenas»

Un taxista zapalino que está siendo juzgado por el crimen de su esposa, relató ayer ante el Tribunal cómo asesinó a su mujer. Los testigos lo describieron como un hombre muy violento.

ZAPALA (AZ).- «La empujé y cuando cayó al piso le apreté fuerte el cuello con una soguita que las nenas usaban para jugar». La confesión del taxista Carlos Alberto Garrido sobre la forma en que asesinó a su ex pareja, Patricia Hendrikson, heló la sangre ayer en la primera audiencia desarrollada en la Cámara Criminal de esta ciudad.

Garrido, quien escuchó en silencio todos los testimonios que en su mayoría lo describieron como un golpeador dentro del ámbito familiar y con tendencia a abusar del consumo de alcohol, finalmente se prestó a la indagatoria del tribunal y relató con detalles el crimen que cometió el 24 de agosto del año pasado.

«Llegué temprano y Patricia me recibió con unos mates pero después me pidió que le ayude a pagar las boletas de luz y agua y ahí empezamos a discutir», contó el taxista.

Según su versión, en un momento, Hendrikson le habría arrojado un elemento a la cara lo que desencadenó su brutal reacción. «Le dí un empujón y después le apreté el cuello con una soguita que usaban las nenas para jugar», contó sin mayores muestras de remordimiento.

Su coartada no coincide con la explicación que brindó el médico Alberto Gildengers quien reveló ante los camaristas que la mujer recibió un impacto en la sien con un elemento contundente que la dejó tendida en el piso y sin posibilidades de defensa.

Uno de los testimonios más comprometedores para Garrido lo brindó Marcela Juárez, la mujer que conducía el transporte escolar que diariamente llevaba a la escuela a las dos pequeñas hijas de la pareja.

«Patricia me contó que en varias oportunidades la golpeó y hasta llegó a ponerle un cuchillo en el cuello diciéndole que la iba a prender fuego con la casa», sostuvo.

Juárez entregó un relato desgarrador y sobre el final, en medio de una crisis de llanto, le pidió a los jueces que «hagan justicia por Patricia que ni siquiera pudo ser velada».

En el mismo sentido se pronunció Claudia Aravena, quien actualmente tiene a su cargo a las dos menores de edad.

«Sabía que la golpeaba, una vez la vi con el labio partido y cuando le pregunté me dijo que Carlos le había pegado porque la policía llegó a notificarlo que debía abandonar la casa», indicó.

También refirió que «las nenas están contenidas pero no quieren ver a su padre, tienen muchos recuerdos de la madre y la extrañan».

Otro testigo que dejó mal parado a Garrido fue el cabo de la policía provincial, Esteban Villar quien se cruzó con taxista esa mañana en la comisaría.

«Estaba nervioso y cuando me acerqué para saludarlo me dijo que había matado a la mujer», reveló el efectivo.

El debate se reanudará el lunes a las 10 donde está prevista la incorporación del testimonio de la hija mayor de la pareja.

Las consultas a la nena serán realizadas por un psicólogo y estarán vinculadas a la relación que tenía Garrido con su familia y al uso que se le daba en la vivienda a la correa que utilizó el taxista para ultimar a la mujer.

Tanto el fiscal Héctor Trova como el defensor particular Rubén Bortolatto se mostraron conformes con la decisión de incorporar esta prueba por parte del tribunal que preside Víctor Hugo Martínez y acompañado por los vocales Oscar Rodeiro y Enrique Modina.


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