Le dieron 18 años por dejar a comerciante en coma

El firme testimonio de una testigo fue la base de la condena dictada a Diego Casmuz, acusado de dispararle en la nuca a un comerciante, sin que éste se resistiera ni entorpeciera el asalto.

ROCA (AR).- Diego «Oreja» Casmuz, un delincuente de esta ciudad que ya había recibido dos condenas por robos, fue sentenciado ayer a 18 años de prisión, luego que los jueces de la Cámara Primera del Crimen lo hallaran responsable de haber baleado en la nuca con un arma nueve milímetros al dueño de un locutorio, y robar dinero de la recaudación.

Los magistrados Flora Susana Díaz, Carlos Gauna Kroeger y Mario Buffi, le impusieron una pena superior a la reclamada por la fiscal Irma Gadano, quien en su alegato había peticionado que sea condenado a 16 años de cárcel.

Al declarar en el juicio, Casmuz negó toda relación con el brutal asalto que dejó al comerciante varios días en coma, y con secuelas físicas que requieren de una intervención quirúrgica.

Sí reconoció que estuvo el 5 de enero pasado -día en que ocurrió el hecho- en el locutorio ubicado en la calle San Juan 2.964 de esta ciudad, pero que sólo había comprado un cigarrillo suelo y se había ido al centro.

El juez Buffi le preguntó si habitualmente se levantaba temprano para comprar un cigarrillo suelto y dar vueltas en bicicleta por el centro, a lo que Casmuz sólo asintió.

Pero no sólo influyó en la condena su dubitativo y para los jueces poco creíble testimonio. Sino que la declaración de Silvia Benito, empleada en el local en que fue baleado Andrés Zaragoza, comprometió y mucho al imputado.

Apenas ocurrido el hecho, la joven dijo que podría reconocer al atacante. De hecho lo hizo en rueda de detenidos, y no dudó en la misma audiencia, de señalarlo como el delincuente que entró al locutorio, le disparó en la cabeza a Zaragoza y escapó con 50 pesos.

En este testimonio se basaron especialmente los jueces para dictar la sentencia contra Casmuz. También se sumaron los dichos de testigos que vieron salir a un joven del locutorio sin saber lo que había ocurrido, pero que lo describen con una remera clara o beige, similar a la secuestrada al acusado. Esta descripción es coincidente también con la realizada en su momento por la emplead del comercio, Silvia Benito.

Las audiencias de debate fueron seguidas por la víctima, incluso la lectura de sentencia.

Al finalizar, Casmuz leyó el acta con paciencia, pero se negó a firmarla y luego reiteró su inocencia. De todos modos, en nada modifica su situación si firma o no su condena, por lo que le pusieron las esposas y lo llevaron a la alcaidía.

Los 18 años a los que fue condenado Casmuz, deberán ser de cumplimiento efectivo y en su totalidad, ya que por tratarse de un reincidente, no tendrá el beneficio de salida transitoria al cumplirse las dos terceras partes de la condena.

Ocurre que la de ayer, es la cuarta pena que recibió Casmuz, aunque las anteriores fueron mucho más leves si se la compara con la de este caso.

El 18 de noviembre de 1993, recibió su primera condena a tres meses de prisión efectiva.

El 15 de abril de 1998, lo sentenciaron a tres años y tres meses, mientras que la tercera fue el 4 de octubre de 1999.

El 16 de diciembre de ese mismo año, se unificaron las últimas sentencias en dos en tres años y medio.

Tras la condena de ayer, Casmuz recuperaría su libertad el 5 de enero de 2023.


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