Le dieron el alta al mecánico que perdió un ojo

NEUQUEN (AN).- Juan Alcapán, el hombre que perdió un ojo por un disparo de bala de goma de la policía en esta capital, fue dado de alta ayer del hospital Castro Rendón. «Por suerte la peor parte me la llevé yo», relató.

El hospital lo abandonó en medio de un fuerte hermetismo de la Policía, cuyas autoridades nuevamente se negaron a hablar sobre el hecho. Tanto el jefe de la policía, Carlos Zalazar, como el titular de la comisaría involucrada en el hecho, Claudio Yermano, no respondieron a los llamados efectuados por «Río Negro» en la jornada de ayer.

«Por suerte la peor parte me la llevé yo, y no mi hijo. Es lo único bueno que saco de todo esto: hubiese sido terrible que a su edad pierda un ojo», relató en declaraciones a este diario. «Yo me las puedo arreglar, pero para un chico de 19 años hubiese sido mucho más complicado perder un ojo», agregó.

Alcapán, un mecánico de 46 años y que desde hace 25 años vive en el barrio Provincias Unidas, fue baleado por la policía en su casa en la madrugada del domingo. Según la versión que difundió su familia, el hecho se desencadenó luego que un grupo de uniformados que patrullaba el barrio amenazara con una Itaka a su hijo y él saliera a defenderlo. «Yo estaba durmiendo y escuché que mi hijo nos gritaba. Salí de la cama, bajé hasta la puerta y lo vi ahí mientras uno de los policías le apuntaba a pocos metros», recordó. «Empecé a insultarlos porque él no estaba haciendo nada y de golpe sentí algo similar a la explosión de una botella. Al rato tenía toda la cara con sangre», agregó.

Los perdigones de la bala le goma le impactaron en el rostro y el cuello. Como consecuencia de la heridas, fue intervino quirúrgicamente y perdió el ojo izquierdo.

Según indicaron fuentes judiciales, la investigación de la causa iniciada por la fiscalía de Graves Atentados contra las Personas, fue derivada ayer al juzgado a cargo de Daniel Varessio.

Las fuentes también consignaron que la comisaría Primera remitió un informe con los nombres de los efectivos que participaron en el hecho, para intentar determinar las responsabilida de cada uno de ellos.

El hijo y la esposa de Alcapán, afirmaron que todo ocurrió cuando el adolescente fue interceptado por un efectivo mientras ingresaba a su casa, luego de detectar la presencia policial. El uniformado le apuntó con la Itaka al bajar del patrullero, y el joven llamó a sus padres.

Tras el primer disparo, se desató una discusión más fuerte en la que resultó herida la mujer de Alcapán, quien recibió impactos en las piernas. Luego se sumó un grupo de vecinos, y se originó una escaramuza en el barrio en la que algunos de los vecinos habrían sido detenidos.