“Lectura sesgada que supone atribuir a los grupos indígenas una nacionalidad”
Evidencias de las “Tinieblas del crisol de razas” (título de un libro editado por el Inadi):
Nos proponemos invitarlos a reflexionar sobre lo que se está hablando y/o escribiendo en estos últimos días de los pueblos originarios, particularmente del pueblo mapuche.
Han opinado religiosos, políticos, terratenientes que están asociados a la Sociedad Rural de San Carlos de Bariloche, científicos docentes de universidades que han realizado trabajos de investigación y otros.
A nivel internacional el presidente de EE. UU., Obama, proclamado recientemente Premio Novel de la Paz, ha dicho: “La historia ha demostrado que el fracaso en no tomarse en cuenta los planteamientos de las autoridades indígenas para la formulación de políticas que interesen a las comunidades ha producido resultados frecuentemente indeseables y, en ocasiones, devastadores. Nosotros sabemos la historia que compartimos; es una historia de violencia, de enfermedades y privación. Tratados que fueron violados. Promesas rotas”.
Queremos sumarnos a este debate como integrantes del pueblo mapuche, nacidos, criados y pobladores de la zona sur de Río Negro.
En principio queremos citar lo que escribió Juan Carlos Walter en el libro “La conquista del desierto” (Editorial Universitaria de Buenos Aires), refiriéndose a la política impulsada por el gobierno de la Revolución de Mayo de 1810.
“Política indígena del gobierno de la Revolución de Mayo: sin perjuicio de los diputados que deben elegirse en todas las ciudades y villas, se elija en cada intendencia un representante de los indios que, siendo de su misma calidad y nombrado por ellos mismos, concurra al Congreso con igual carácter y representación que los demás diputados… El gobierno revolucionario evidenciaba una política reivindicatoria de los derechos del indio, en su carácter de autóctono habitante de estos suelos, siendo los gestores de esta política Chiclana, Belgrano y Moreno. Sostenían estos líderes revolucionarios que la conquista española fue una usurpación de la propiedad y de los derechos de los americanos; en consecuencia, había que reconocerles a los indígenas sus derechos de todo lo que les había sido quitado por la fuerza de los conquistadores”.
A esto le sumamos la reciente manifestación del obispo de Neuquén, Marcelo Melani: “Es hora de reconocer la pluriculturalidad”. Respecto a la resistencia de los estancieros dijo: “Es lógico que esto provoque temores, bronca por parte de los que ocupan actualmente esas tierras. ¿Acaso no padecieron mucho más los mapuches?… En este caso se usó la fuerza de las armas; hoy se trata de que la fuerza de la justicia reconozca los derechos anteriores a las escrituras que los privados puedan tener”.
Por otra parte, historia oficial habla de mapuches chilenos o argentinos, contrariamente a lo que nos trasmitieron nuestros ancestros, que el territorio mapuche se extendía desde lo que es hoy Buenos Aires hasta el otro lado de la cordillera hacia el sur. Según fuera el lugar adonde iban o venían; cuando venían del este eran “puelche”, si venían del otro lado de la cordillera eran “nguluche”, gente de oeste… Esto mismo sostienen algunos calificados científicos como el doctor Juan Carlos Radovich y otros, que han realizado importantes trabajos de investigación sobre el particular. Dicen estos científicos: “Diversas investigaciones arqueológicas demuestran la temprana presencia de contactos entre los pueblos indígenas ubicados a ambos lados de la cordillera de los Andes, evidenciando complejos procesos de interacción social de gran profundidad histórica… Diversos trabajos históricos revelan cómo el cordón montañoso pasó a erigirse como frontera sólo después de la constitución de los Estados nacionales y, en algunos casos, varias décadas después”.
De allí la lectura sesgada que supone atribuir a los grupos indígenas una nacionalidad “argentina”, “cuando aún no se había efectivizado la ocupación territorial de ambos Estados”.
Aniceto Huenchul
DNI 8.213.703
Los Menucos
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