Lecturas de verano
Por Pedro J. Frías
Mis lecturas de verano no son los best-sellers que se ven junto a las sombrillas en las playas. Son los libros de siempre, aunque recién aparecidos, que invitan a reflexionar, a coincidir, a discrepar. Y son variados. Deseo recordar algunos, aunque no por orden de mérito…
Ante todo, me impresionan los rápidos y certeros reflejos con que el arquitecto Carlos Page ha editado en un espléndido volumen de arte, «El camino de las estancias» y la manzana de la Compañía de Jesús en Córdoba, que muy probablemente serán declaradas por la UNESCO patrimonio de la humanidad. Quienes tuvimos contacto con el experto de la UNESCO que las visitó, quedamos con la convicción de que el informe será favorable. Tendremos mejor coronación del acontecimiento cultural que ha significado 1999 para Córdoba por la recordación de los 400 años de la instalación de la Compañía de Jesús. Detrás de la obra de Page está la comisión del proyecto a la que le corresponde el mérito de haber promovido la iniciativa. El libro de Page es excelente en el texto y en las láminas. Puede escribirse más, sin duda, pero es lo suficiente. Y sigo con la historia, pero esta vez me desplazo al Sur, a la Patagonia. Varios libros han ganado la actualidad con vivencias de esa península azul, si se la ve desde el satélite, pero árida a los ojos del visitante. «Historia de la Patagonia» (ciudad argentina, 1999) es la contribución que a la conciencia austral de nuestra argentina hace el doctor en Historia Pedro Navarro Floria, desde Neuquén donde se instaló en 1989.
Como bien escribe en el prólogo el conocido historiador Néstor Tomás Auza, no es una «historia datista, sino más bien una descripción y una interpretación de los procesos» por los que la Patagonia es lo que es. Es del caso recordar el testimonio del gobernador de Salta, Dr. Juan Carlos Romero, en el «Cuaderno de Federalismo» de la Academia de Derecho de Córdoba, próximo a aparecer.
Es un testimonio -repito- que muchos hemos apreciado, porque se lamenta que se van conformando dos Argentina: el Norte grande y la Patagonia, como regiones marginales, el centro y Buenos Aires con un desarrollo mayor. La respuesta es la igualdad de oportunidades a que obliga la Constitución.
La historia salta ahora a Santiago del Estero, pero no como cronología, sino como reflexión. «Derrotas y esperanzas» (El Liberal, 1999) es el testimonio de un avezado comunicador social, Eduardo José Maidana, que como lo dice el sociólogo Julio César Castiglione, director de ese diario, sólo busca la transformación de una sociedad «que tiene miedo a descubrir que tiene miedo» (obispo Sueldo).
Cada párrafo de Maidana nos inquieta o nos estimula. «El santiagueño es una pregunta: está rodeado de soledad, monte hirsuto y breve, y un algarrobo centenario como albacea testamentario de los despojos…». Bueno, no todo es nostalgia. Maidana sabe acompañar río arriba, para que sin utopías renazca la esperanza. Me he sentido agradecido a su testimonio, en momentos en que me duele lo que algunos llaman inviabilidad de varias provincias.
La integración es la palabra clave: la integración de sí mismo por la espiritualidad, con los otros por la convivencia, con el tiempo nuevo por la adaptación y el trabajo y con el pensar por los libros.
Mis lecturas de verano no son los best-sellers que se ven junto a las sombrillas en las playas. Son los libros de siempre, aunque recién aparecidos, que invitan a reflexionar, a coincidir, a discrepar. Y son variados. Deseo recordar algunos, aunque no por orden de mérito...
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