Lecturas pensadas para los adolescentes

A pesar de los años transcurridos no hay una didáctica de la literatura. De allí que, a la hora de elegir hay escuelas que siguen con determinados recorridos metodológicos y otras que se aferran a lo dado durante generaciones y generaciones. Pero no podemos desconocer que el convulsionado ritmo de la modernidad ha hecho que la producción cultural destinada a jóvenes y adolescentes haya crecido con prodigalidad: música, cine, teatro y desde luego, también literatura. Es verdad, también, la escasa carga horaria asignada a este espacio curricular en las escuelas secundarias la que atenta con satisfacer el diseño de una planificación que nunca logra cerrarse durante el año lectivo.

SABER PONER EN PALABRAS…

En este punto es menester proponerse, sin embargo, como objetivo de lectura: seguir a un autor pues ello no solo será un objetivo cultural deseable sino conocerlo realmente en su producción, en su vida y su estilo. También pensar en ejes temáticos que desarrollen diferentes autores y distribuir la lectura, realizada en casa, en pequeños subgrupos para que en fecha preestablecida se pueda discutir y debatir su tratamiento. Las viejas prácticas dominantes no han arribado a buen puerto. En ese lugar de llegada, lo interesante es detectar el papel de la lectura en la formación de ellos como sujetos. No todos serán lectores; pero sí habrá que averiguar los por qué de la resistencia puesto que siempre hay razones poderosas.

Michel Petit, antropóloga, dice algo sobrecogedor: “(…) lo que determina la vida del ser humano es –en gran medida– el peso de las palabras, o el peso de su ausencia. Cuanto más capaz es uno de nombrar lo que vive, más apto será para vivirlo y para transformarlo. Mientras que en el caso contrario, la dificultad de simbolizar puede ir acompañada de una agresividad incontrolable. Cuando uno carece de palabras para pensarse a sí mismo, para expresar su angustia, su coraje, sus esperanzas, no queda más que el cuerpo para hablar: ya sea el cuerpo que grita con todos sus síntomas, ya sea el enfrentamiento violento de un cuerpo con otro, la traducción en actos violentos”.

En términos más sencillos, uno es un poco las lecturas que tiene detrás. Y la literatura ofrece autores y lecturas en los que es posible realizar la asimilación de ser libres.

FUNDAMENTAL


A pesar de los años transcurridos no hay una didáctica de la literatura. De allí que, a la hora de elegir hay escuelas que siguen con determinados recorridos metodológicos y otras que se aferran a lo dado durante generaciones y generaciones. Pero no podemos desconocer que el convulsionado ritmo de la modernidad ha hecho que la producción cultural destinada a jóvenes y adolescentes haya crecido con prodigalidad: música, cine, teatro y desde luego, también literatura. Es verdad, también, la escasa carga horaria asignada a este espacio curricular en las escuelas secundarias la que atenta con satisfacer el diseño de una planificación que nunca logra cerrarse durante el año lectivo.

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