Llamado de atención al cura

No es frecuente que durante un debate por homicidio se juzgue la moral o las presuntas conductas de la víctima, pero en esta ocasión no sólo resultó extraña la existencia de esa circunstancia, sino que fuera un sacerdote quien la introdujera, en el marco de un discurso crítico al sistema social y jurídico.

En la audiencia de ayer el primer testigo, propuesto por uno de los defensores, fue el padre Angel, de la parroquia San Cayetano, del barrio El Frutillar.

El sacerdote es conocido por brindar contención a jóvenes con problemas de conducta. Pero el cura no fue a la audiencia a abogar por los procesados, sino para denunciar la iniquidad que afecta a los habitantes del Alto, y para atribuirle a la víctima actividades ilícitas. «No investigamos conductas atribuibles a Cid», lo interrumpió el presidente del tribunal, Alejandro Ramos Mejía, y el cura no pudo dar respuestas cuando el juez Marcelo Barrutia le preguntó por qué no los denunciaba, si esos hechos eran de su conocimiento. (AB).


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