«Lo arrancaron de mis manos, queremos justicia»

La esposa del hombre asesinado en Conesa exige que encuentren a los responsables.

GENERAL CONESA (ARC).- Se cumplen hoy siete días de la salvaje agresión que sufrió Raúl Molina por defender a su hija y que un día después, desembocó en su muerte.

La tragedia colmó de tristeza y dolor la casa de la familia enclavada en el barrio La Ribera, que se extendió sin límites por todas las calles de esta localidad.

A raíz de este crimen, el Foro de Seguridad se reunió el viernes a la noche durante varias horas, con la presencia de las autoridades locales en donde abundaron las discusiones subidas de tono. Merced a las necesidades de la comunidad, seguramente de aquí en más deberán asumir un rol protagónico de acuerdo al pedido que le manifestaron el grupo de vecinos que llegó a la reunión.

Olga es la esposa de Raúl y vivieron juntos los últimos 18 años, compartiendo alegrías y sinsabores como en cualquier grupo familiar.

Desde el domingo pasado los días de Olga parecen ser mucho más largos que para el resto.

Su hija de dos años le pregunta todos los días y a toda hora, donde está su papá.

«Yo no sé qué decirle» cuenta Olga a «Río Negro» antes de entrar en llanto.

«Queremos que se haga justicia y no vamos a parar. Su muerte no va a quedar así porque me lo arrancaron de las manos. Me lo molieron a palos, estaba golpeado en todos lados», agregó.

«Trabajó hasta el sábado a la mañana. Raúl, «El Mono» o «El Loco» como todo el mundo lo conocía, nunca le hizo mala cara al trabajo. Estuvo en los hornos de ladrillo, en un aserradero, limpiando patios y de albañil», recordó su mujer.

Aún está fresco en su memoria el recuerdo de la madrugada del domingo pasado. Me dijo «voy a buscar a la nena, ya vuelvo» y salió a buscar a María, su hija de 15 años que a esa hora salía del boliche, porque no quería que volviera sola a casa.

Pero su hija María fue agredida verbalmente con fuertes groserías por un grupo de muchachos. Y ante una situación así ningún padre asume una posición pasiva y por lo tanto, salió en defensa de la joven. Eso le costó su vida.

«Al rato de haber salido me avisaron que estaba en el hospital. Cuando lo vi, me di cuenta que lo habían molido a palos porque estaba golpeado en todos lados. Y él nunca tuvo problemas con nadie. En Conesa todos lo conocen y saben quién es Raúl Molina».

En medio del dolor, Olga manifiesta que los agresores son chicos conocidos del pueblo, que se cruzan todos los días por las calles de la ciudad y que no entiende por qué lo castigaron con tanta saña.

Con el correr de los días, a esta mujer que trabaja de empleada doméstica la asaltan las dudas porque no sabe cómo afrontar el futuro inmediato. Cuenta con el apoyo del resto de la familia pero cuando queda sola, se pregunta cómo hará para criar a sus hijos sin el sostén de su esposo Raúl.


GENERAL CONESA (ARC).- Se cumplen hoy siete días de la salvaje agresión que sufrió Raúl Molina por defender a su hija y que un día después, desembocó en su muerte.

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora