Lo condenaron a diez años de prisión por corromper a sus hijos

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El hombre que llegó a juicio acusado de abusar de su hijita desde que tenía 7 años, fue condenado a 10 años de prisión por el delito de corrupción agravada, porque tanto el fiscal como los jueces entendieron que había desarrollado una programación corruptora dentro del ámbito familiar, y no se trataba de simples abusos ultrajantes.

Los actos reprochables se habrían llevado a cabo durante casi 3 años, desde 2001 hasta el 10 de diciembre del año pasado, fecha en que la esposa del imputado lo denunció, por haberla golpeado cuando quiso evitar que abusara de su hija, que actualmente tiene 10 años.

Entre otros actos irreproducibles, la acusación refiere que el hombre, de 28 años y padre de 4 hijos, sometía a tocamientos inverecundos a la menor, además de exhibirle sus genitales y pasearse desnudo y con el pene erecto delante de ella, y de hacer que su hermanito de 4 años también la tocara. El segundo hecho imputado son las lesiones que el acusado le ocasionó a su esposa, cuando reaccionó en forma violenta porque la mujer salió en defensa de su hija, que lloraba y se negaba a acostarse con su padre.

Para el fiscal de Cámara Carlos López, la conducta perversa y continua del encartado, constituía el delito de corrupción agravada por el vínculo, considerando que el tipo penal no requería la demostración del daño psíquico.

El defensor alegó que la mujer del acusado había influenciado a sus hijas para imputar al padre, porque éste hacía 7 años que no trabajaba. «La misma madre dijo que no lo soportaba más y se lo quería sacar de encima, pero por vago y no por corruptor de menores o abusador», argumentó Gustavo Butrón.

La menor no declaró en la audiencia, pero ante el juez de instrucción confirmó todos los detalles de la acusación, a la que agregó la tentativa de acceso carnal. El examen médico fue calificado como «revelador» de las prácticas deshonestas, y explicaba además «cómo la menor examinada presenta un desarrollo fuera de lo común para su edad», debido a tales acciones.

La madre de la menor refirió cómo los actos corruptores habían influido en su nene de 4 años, quien le acariciaba la zona genital, porque había visto a su padre hacer lo mismo con su hermana.

El «desarrollo prematuro y fuera de lo común» de la niña, y la repulsa a que la revisaran los médicos, «lo que habla a las claras del daño producido», fueron datos mencionados por juez Alejandro Ramos Mejía en su voto condenatorio, al que adhirieron sus colegas Marcelo Barrutia y Alfonso Pavone.

uniformados que ingresaron al calabozo, en poder de los agresores.

Cuando la policía ingresó al calabozo, los tres condenados se resistieron a ser reducidos, por lo que se inició un motín que incluyó la quema de colchones, hecho que «Río Negro» publicó en la edición del domingo.

Los acusados del abuso fueron llevados en forma preventiva al hospital, ante la duda de que hubieran inhalado monóxido de carbono tras la quema de los colchones, pero tras comprobarse que no habían sufrido lesiones, se los llevó a la alcaidía.

Mientras tanto, desde la Uni-dad Regional Segunda no se brindó ninguna información sobre este tema, aunque se supone que al menos se debe haber ordenado una investigación interna para determinar qué oficial o jefe de la unidad, ordenó que el joven haya sido alojado junto a tres delincuentes que se encuentran cumpliendo condenas.

El traslado de condenados de la alcaidía de Roca a comisarías del Alto Valle, es un problema que se viene registrando desde hace tiempo.

Actualmente son más de cincuenta los condenados o procesados que deben ser alojados en comisarías, debido a la falta de espacio en la cárcel de Encausados y al hacinamiento que padecen los internos.


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