Lo degollaron en la puerta de la casa del padre

Nadie salió a ayudarlo cuando golpeó desesperado la puerta. Les dio temor porque estaba oscuro. Fue en un asentamiento de Centenario. Hay varios sospechosos. Se duda del móvil.

CENTENARIO (AN)- En plena madrugada, don Martín Lincopán escuchó que golpeaban la puerta de su humilde vivienda. La oscuridad dominaba el asentamiento donde vive, y abrir la puerta habría sido arriesgarse a un ataque. «¿Quién es?» preguntó con temor, pero no obtuvo respuesta. Recién cuando empezó a clarear se asomó, y frente a la puerta encontró tirado a su hijo. Lo habían degollado. Era él quien había golpeado, pidiendo auxilio.

Adrián Ambrosio Lincopán Millenao, de 33 años, fue asesinado al parecer después de una pelea que sostuvo con tres amigos. Todos habrían estado bajo los efectos de una fuerte embriaguez. Hay varios sospechosos arrestados.

El hecho ocurrió ayer a la madrugada en un sector conocido como Costa de Bardas, a unos mil metros de la ruta provincial 7 ingresando por la tercera entrada de esta localidad..

En esa zona hay un puñado de viviendas precarias a las que no llegan la luz ni el agua. Dos de esas casas pertenecen a Martín Lincopán (59) y a su hijo Adrián, el mayor de cinco hermanos.

La noche del miércoles, Adrián se habría reunido a beber con dos amigos. Según pudo determinar la investigación policial, por efectos del alcohol iniciaron una pelea que terminó de la peor manera.

Las primeras observaciones indican que Lincopán Millenao fue degollado mientras estaba de pie en el patio común a las dos viviendas. Se cree que su agresor estaba de frente a él, con un cuchillo grande y filoso en las manos. Le aplicó un solo corte, pero fue suficiente.

La puñalada interesó casi el 70 por ciento del cuello de la víctima, y poco le faltó para llegar hasta las vértebras cervicales.

Malherido, intentó buscar auxilio en la casa de sus padres. El rastro de sangre es firme y abundante por todo el patio, y marca los pasos vacilantes que dio Lincopán hacia la puerta de su padre.

Allí golpeó desesperado. Sus dedos manchados de sangre quedaron estampados en la puerta de madera. Cuando su padre preguntó quién es, no pudo contestarle porque la sangre lo ahogaba.

Las manchas se repiten en otros sectores por los que el joven deambuló ya al borde de la muerte.

Martín Lincopán dijo a «Río Negro» que «bien temprano lo encontré tirado en el patio. Pensé que estaba durmiendo. Pero cuando ví la herida no toqué nada», y avisó a la Policía. Una hermana de la víctima completó: «todavía estaba calentito».

Entre los familiares de Adrián reina el desconcierto y el dolor. «No tenemos idea de quién pudo haber sido. El no tenía problemas con nadie», indicaron.

Respecto del móvil del crimen se inclinan por el robo, ya que «le falta la bicicleta». Los investigadores no están de acuerdo y plantean la hipótesis de la pelea alimentada por el alcohol.

La policía encontró un cuchillo de gran tamaño en cercanías de las viviendas, y siguiendo un rastro de sangre apuntó a tres sospechosos.

Por lo menos tres fueron demorados. También se realizó un allanamiento pero no permitió obtener elementos que ayuden a la causa.

Los efectivos de la comisaría Quinta, a cargo del comisario inspector José Quezada y del comisario Ramón Pacheco, aguardan los resultados de la autopsia para continuar la investigación. Quieren saber, por ejemplo, si la víctima presenta lesiones defensivas.

Lincopán recibía un subsidio del plan Trabajar. Según su padre «hacía algunas changas en la construcción de casas».


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