Lo que activó Tinelli

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¿En qué quedamos? ¿Está Jorge Capitanich “harto” de “La Cámpora” como insinuaron los difusores de rumores con su renuncia? ¿O, como dijo ayer, el jefe de Gabinete, cree que los miembros de esa organización K son “jóvenes con un idealismo extraordinario” que “conducirán en el futuro el país”? Hay una secuencia detrás de estas preguntas que enlazan la interna peronista con la sucesión presidencial, la proyección de los militantes que apasionan a Cristina Fernández y un tuit. El tuit del popular conductor televisivo Marcelo Tinelli, festejando un artículo del diario “Clarín” en el que el diputado Andrés Larroque, habría señalado que Daniel Scioli “no representa el modelo K”, algo que el “Cuervo” después se apresuró a desmentir. “El peor escenario para el peronismo es estar en el llano”, se sinceró anoche un gobernador del PJ que está a favor de la convivencia entre fracciones disímiles y que asegura que hoy por hoy (nada aventura sobre lo que podría ocurrir dentro de 6 meses) el candidato mejor posicionado del oficialismo es el gobernador bonaerense, rechazado a priori por el kirchnerismo duro. En efecto, sólo un mandatario, en nombre de la pureza del proyecto K, se animó a desafiar a Scioli: el entrerriano Sergio Urribarri. Pero tiene un problema. Las encuestas le asignan un 5 ó 6% de intención de voto. También con elogios hacia “La Cámpora”, el sciolista Alberto Pérez consideró en una reunión de gabinete que lo que más le conviene a su líder es legitimarse en una primaria abierta, derrotando postulante de los sectores progresistas, logrando luego el apoyo del conjunto, con la nada despreciable base del 20 al 25% que se mantiene fiel a Cristina. En la Rosada, se reconoció que el mensaje por red social de Tinelli (desairado por “La Cámpora” con el Fútbol para Todos) golpeó. El animador había ironizado con que la organización conducida por Máximo Kirchner “no lo quiere a Scioli. Zafaste Daniel”. Cristina puso a trabajar a uno de los más pensantes del núcleo juvenil, Wado de Pedro, nexo con Scioli para todos los temas urticantes, entre ellos el de Seguridad. La primera reacción de los gurkas K fue cuestionar el plan lanzado por el ministro Granados, que le permitió al gobernador diferenciarse sin romper (algo que lo favorece, frente al avance por fuera de Sergio Massa), aislando a las voces ultragarantistas. Luego empezó las tareas de coordinación con el secretario Berni. En el peronismo, hay otras figuras con intenciones de proyectarse. Una de ellas es el ministro Randazzo, cuya suerte está atada al programa de transportes. Apunta alto, pero también podría recalar en la provincia de Buenos Aires. Hay otros (Juan Urtubey, Julián Domínguez) pero escasean los nombres de “La Cámpora”. Alguien insinuó el de Axel Kicillof, en la actualidad atareado en controlar el peligroso proceso inflacionario y en recomponer con los centros internacionales para acaparar inversiones que permitan llegar de la mejor manera posible a octubre de 2015. Dos mensajes parecían claros en el oficialismo. Cristina se preservará con el mando del Estado y dejará jugar a los competidores a heredarla, donde Scioli lleva ventaja. Arnaldo Paganetti Agencia Buenos Aires


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