«Lo único probado es la inocencia de mi defendido»

Gustavo Viecens asegura que no hay elementos para llevar a juicio a Claudio Kielmasz y a González Pino por la causa principal del triple crimen. Asegura que a su defendido no lo pudieron "quebrar, porque no tuvo nada que ver".

ROCA .- Gustavo Viecens es el abogado de Claudio Kielmasz, y asegura que una de las pocas cosas que se probó en el triple crimen, es la inocencia de su defendido. Dice que no hay pistas firmes, y que el asesinato de María Emilia, Paula y Verónica, va camino a convertirse en un gran misterio que promete prolongarse en el tiempo.

-¿Por qué se avanzó tan poco?

– En esta causa, el primer dato o elemento importante que surge, como un obstáculo en definitiva hacia el esclarecimiento, es el encubrimiento tan manifiesto desde los primeros días. Mi cliente no se ha vinculado a ninguno de los personajes o sectores de los cuáles podrían estar sospechados del triple crimen. Por eso digo que este encubrimiento hace más dificultoso al juez el avance hacia una pista seria.

-¿Por qué Kielmasz entregó el arma?

– Ese elemento todavía no está acreditado en el expediente. No es Kielmasz quien entrega el arma, sino un abogado que en ese momento se desempeñaba como letrado de las familias González y Villar. Con respecto a este tema, Kielmasz se mezcla en este lamentable caso por el deseo de cobrar una recompensa.

-Pero Kielmasz le entregó el arma al abogado

– A mí no me consta, prefiero no referirme a este tema, porque sigue bastante en la incertidumbre.

-¿Por qué Ulises González se queda tanto tiempo con el arma?

– Creo que para esos días, González descreyó la posibilidad de que Kielmasz fuera un sospechado de haber participado en este hecho.

Kielmasz va a cumplir dos años detenido, y además soportó un largo tiempo alojado en el 'altillo' de la cárcel de Roca.

– Es cierto que debió soportar una situación equiparable a la de un condenado. En los primeros días de investigación, fue alojado en el 'altillo', porque se pensó que el lugar ideal era la alcaidía de Roca. Fue evidente que nunca lo fue.

¿Por qué?

– Porque en la causa se avisoró con mucha más nitidez el encubrimiento, y surgieron muchas causas conexas. Se imponía como prudente derivar a Kielmasz a otro lugar.

También se habló de ciertas visitas que Kielmasz recibía en Roca.

– En esta larga privación de su libertad, recibió muchos mensajes indirectos, pero todos estos caminos que se buscaron para quebrarlo no han tenido ningún resultado porque Kielmasz siempre declaró en la causa que es inocente.

¿Su defendido tiene una mente fabuladora?

– Por esos días sufrió en carne propia las presiones. No aparece muy claro el cambio por el que Kielmasz pasa de testigo protegido a imputado. En definitiva se defendió manifestando lo que en ese momento entendió que era lo mejor. Pero siempre negó cualquier tipo de participación. Kielmasz no aparece vinculado al sector de marginales, al sector de los «nenes bien», ni con la policía.

-¿Cuál es su hipótesis del hecho?

– Creo que no es un hecho que por sus connotaciones se acerque a los marginales. Se asemeja a un mensaje mafioso, y que podría haber existido un crimen por error.

-¿De qué clase social cree que son los asesinos?

– Para llegar a ese punto creo que falta investigar mucho. Creo que la instrucción está en este aspecto muy en deuda. A esta altura se puede descartar a los marginales, por que todos los que fueron citados no pudieron ser vinculados al hecho.


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