Lobesia: productores en alerta por ingreso de uva de mesa a la región

Fruticultura

La falta de rentabilidad para las producciones frutícolas que tenían salida a mercados del exterior cambió las reglas de comercialización puertas adentro de nuestro país y puso sobre el tapete algunas cuestiones sanitarias que hoy generan preocupación.

La uva de mesa es uno de los productos que hoy mantienen en vilo a los productores valletanos frente a la posibilidad cierta de que haya un contagio de lobesia botrana, o polilla de la vid, proveniente de Cuyo, donde la plaga está presente desde el 2008 y continúa expandiéndose pese a los esfuerzos que se realizan para mantenerla bajo control.

La inquietud surge a partir de la fuerte reorientación comercial que hicieron las exportadoras de uva de mesa de Mendoza y San Juan hacia la zona patagónica, ante la imposibilidad de generar retornos positivos a través de la exportación de este producto.

Esta virtual inundación de las góndolas regionales con uva de mesa provenientes de las dos provincias mencionadas alertó a los productores locales sobre la posibilidad de que se produzca el ingreso a la región de algún cargamento contaminado con la plaga.

Todo ello en virtud de que no tienen la certeza de que los controles dispuestos por Senasa para verificar el ingreso de los cargamentos que llegan provenientes de la región cuyana se realicen con todo el rigor necesario que la situación amerita.

Al respecto advierten que si realmente ocurriera un contagio de la vitivinicultura regional esto podría ser prácticamente el certificado de defunción para la actividad.

La lobesia botrana o polilla de la vid puede transmitirse a través del ingreso de maquinaria utilizada en huertos contaminados, a través de la comercialización de frutos o mediante el traslado de material de poda o plantas nuevas entre distintas regiones.

Según bibliografía al respecto, los huevos de esta plaga se encuentran sobre los granos, donde parecen pequeñísimas gotas de cera apenas visibles. Las larvas se encuentran en los racimos. Son de coloración verdosa, con la cabeza siempre de color marrón claro. Son móviles y ágiles y, al ser molestadas, se descuelgan por medio de un hilo sedoso.

Las pupas son difíciles de localizar ya que se esconden en la corteza de las cepas, hojas y racimos.

El adulto es una mariposa cuyo cuerpo mide alrededor de 6 mm. Según la información oficial proporcionada por el Senasa, a enero de este año hay 117 distritos cuarentenados en Mendoza y uno en San Juan.


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