Lograron reproducir la ranita de Somuncura

Es una de las especies en extinción que habita en el arroyo Valcheta. Científicos del Conicet trabajan en La Plata para reintroducirlas en su hábitat natural.

Investigadores del Conicet lograron reproducir en cautiverio ejemplares de la “Rana de Somuncura”, un ejemplar en peligro extinción, y ahora buscarán reintroducirla en su hábitat natural: la Meseta de Somuncura, sobre el límite entre las provincias de Río Negro y Chubut.

El grupo de investigadores del Conicet, que trabaja en el Museo de La Plata (UNLP), se abocó a la conservación de algunas de las especies que se encuentran en peligro de extinción en esa zona de la Patagonia, entre las que se encuentra la llamada “ranita del somuncura” (Pleurodema somuncurense), que habita en el Arroyo Valcheta que cruza el departamento del mismo nombre, en Río Negro.

Se trata de un anfibio catalogado como una de las tres especies en peligro crítico de extinción según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés).

Federico Kacoliris, investigador adjunto del Conicet en la División Zoología de Vertebrados del Museo de La Plata, explicó que “tenemos un compromiso muy fuerte con la conservación de la herpetofauna –anfibios y reptiles– de nuestro país” y agregó que “en ese sentido, nos interesa abordar y ayudar a resolver problemáticas concretas que promuevan la preservación de algunas de las especies más amenazadas”.

Junto a Jorge Williams, profesional principal del Conicet en la División Zoología de Vertebrados y profesor titular de Herpetología en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo (Fcnym) de la UNLP, el investigador enfocó sus esfuerzos en la conservación de la Ranita y otras especies en peligro.

Centro de rescate

“En 2012 comenzamos a estudiarla en su estado silvestre, registrando datos de su ecología e historia natural. Dos años más tarde, en el marco del Programa de Conservación y Rescate de Anfibios Argentinos (Cururu) del Museo, decidimos construir el primer centro de rescate de la especie, es decir, un laboratorio para su estudio reproductivo”, contó y añadió que “acondicionamos un espacio emulando las condiciones de su microhábitat y, en marzo de 2015, depositamos a los individuos fundadores de la colonia de supervivencia”.

Una vez alojados los especímenes, el grupo siguió una rutina de trabajo que incluyó mantener el agua de los acuarios en parámetros químicos y térmicos estables, alimentar a los individuos con diversos tipos de insectos y realizar una evaluación clínica periódica para descartar posibles patologías.

Luego de un proceso en el que los investigadores observaron intentos de reproducción infructuosos, en septiembre pasado tuvieron lugar las primeras oviposturas viables

“Más de un mes después, estamos trabajando en el mantenimiento de los renacuajos. Entre otras cosas, requieren una dieta distinta a la de los individuos adultos, por ejemplo. Los primeros son herbívoros, en tanto que los segundos son insectívoros”, afirmó Kacoliris.


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