Londres, la ciudad del miedo

Ocurrió lo que el jefe del comité organizador, Sebastian Coe, quería evitar: los soldados impusieron su sello a los Juegos y en Londres reina el miedo por la seguridad en lugar de la alegría.

Todo se parece un poco a un campamento militar. Soldados en uniforme de combate palpan y registran a civiles. Bajo los puentes, los uniformados buscan lugares y despliegan tiendas de campaña.

Los Juegos todavía no se inauguraron y ya parecen una operación militar. Es que como G4S -empresa encargada de la seguridad- no consiguió reclutar y adiestrar a los 10.000 civiles necesarias, se incrementó el contingente militar a 17.000 soldados, la mayor operación de la Royal Army en suelo británico desde la Segunda Guerra Mundial.


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