Londres vive el comienzo de una campaña de terror
Los atentados del jueves, aunque mínimos en comparación con los del 7 de este mes, llevaron a los habitantes de la capital británica a experimentar una permanente sensación de inseguridad.
PARIS.- Los fallidos atentados del jueves en Londres, relacionados o no con los ataques del 7 de julio, marcan el comienzo de una campaña de terror cuyo fin es provocar conmoción y generar el miedo en Gran Bretaña, estimaron ayer los expertos del antiterrorismo.
«Ya sea obra de aficionados torpes o de personas que fallaron en su intento, tienen la firma de la corriente (yihadista), forman parte de una estrategia», estimó Alain Chouet, ex miembro de los servicios de inteligencia franceses (DGSE).
Más que los daños materiales o el número de víctimas, el objetivo de los terroristas es mostrar que existe una amenaza permanente, para tratar de influir sobre la política extranjera británica o crear la desconfianza entre las comunidades.
En el pasado, la corriente Al Qaeda concibió o trató de concebir acciones bajo forma de secuelas apocalípticas: en noviembre de 2003, un atentado contra una sinagoga en Estambul fue seguido cinco días después por ataques suicidas contra el consulado de Gran Bretaña y contra un banco inglés.
En marzo de 2004, los terroristas de Madrid se hicieron estallar cuando estaban cercados por la policía, pero quedó demostrado que habían planificado otros atentados, en particular contra el estadio del Real Madrid.
«Si se lee con atención lo que escribe Ayman Al Zawahiri (número dos de Al Qaeda), no es una guerra clásica, sino se trata de ser eficaz a nivel de los medios informativos y de manera permanente», estimó Alain Chouet.
«No se trata de cometer un atentado todos los días, uno cada 15 días o cada mes basta. El número de víctimas no tiene mucha importancia. Hay que mostrar que se es capaz de actuar. A partir de esto se desmoraliza a la población. Ahora, cada vez que un inglés tome el metro, tendrá dudas», agregó.
Si bien las bombas del jueves no estallaron (al parecer por deficiencias en el sistema de activación), el efecto dramático surtió pleno efecto.
Para Magnus Ranstorp, director del centro de estudios del terrorismo de la universidad de Saint Andrews, en Escocia, estén vinculados entre sí o no estos atentados, han puesto a Londres en estado de sitio, y se puede esperar que haya otros (…).
Aunque fracasaron, su efecto perturbador fue significativo. Se trata de una campaña que podría durar».
Interrogada por la BBC, Sally Leivesley, experta en seguridad, estima que «es la proximidad en el tiempo de los ataques lo que cuenta, más que el número de víctimas. El objetivo es provocar el miedo y perjudicar a nuestra economía».
Otro de los objetivos de los terroristas en Gran Bretaña es tratar de enfrentar entre sí a las comunidades. «No son tipos llegados del extranjero, contra los que todas las comunidades de un país podrían unirse», explica Alain Chouet.
«Se utiliza gente del interior, para reforzar el sentimiento de desconfianza en lo cotidiano, de odio contra las comunidades. Y tanto mejor si luego hay actos racistas», agrega.
Después de los atentados de 7 de julio, el número de agresiones contra los musulmanes aumentó en Gran Bretaña, como sucedió en España en marzo de 2004, después de las explosiones en los trenes suburbanos que dejaron 191 muertos y casi 2.000 heridos.
Esto constituye una gran victoria para los terroristas, afirma Marc Sageman, un psiquiatra estadounidense y ex agente de la Agencia Central de Inteligencia, que ha trabajado exhaustivamente en el tema. «Es una dinámica. En Inglaterra, el número de actos contra los musulmanes pasó de 50 a 500 por semana: si los jóvenes musulmanes se sienten atacados, habrá mucho más aprendices de terroristas» comentó. (AFP)
Notas asociadas: TERROR EN LONDRES: Matan a un sospechoso, arrestan a otro y buscan en la capital a cuatro más Cambios de rutina en una ciudad ocupada Susto en Berlín
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