Los accidentes de tránsito

Por Hugo Franco *

En estos días, cuando la intensidad y frecuencia de los accidentes de tránsito son parte cotidiana de la información que llega a todos los ciudadanos interesados en estos y otros temas, podemos observar que todos los actores interesados y principalmente los informadores y formadores de opinión, tratan por todos los medios de encontrar a los responsables por estas pérdidas tanto de vidas humanas como materiales solamente cuando se producen lamentables hechos o cuando algún interés político/partidario está de por medio.

Luego de esto, no escapa a nadie con buen entendimiento y según la humilde opinión de quien escribe, que después de los esfuerzos realizados para poner en práctica las leyes y decretos tanto en el orden nacional como provincial y municipal de la ciudad de Neuquén capital que meritúan una disminución en la accidentología vial, no se ha producido una mejoría de los resultados o de los que ya se tenían.

La realidad nos indica que, si bien las estadísticas no pueden darnos un panorama acabado de la proporcionalidad de la emergencia en la que nos encontramos, si podemos determinar que la conducta del hombre, como ser racional, le impone a sus costumbres y actos una cuota de riesgo, éste debe ser instruido y cultivado en aprendizajes. Para seres claro, esta conducta de los hombres debe estar preparada para tener conciencia de que, para el caso que atendemos, conducir un vehículo de la naturaleza que fuere no es una tarea sencilla y que no se puede hacer, según es la costumbre de los habitantes de este bendito país, por intuición.

En las tantas oportunidades que tuve de participar en las asambleas del Consejo Federal de Seguridad Vial, conformada por integrantes nominados para la toma de decisiones de todas las provincias adheridas o no a la ley nacional de Tránsito y Seguridad Vial Nº 24.449, se producían debates sobre el tema que hoy nos ocupa con motivo de los diferentes estacionalidades en el aumento y disminución de los accidentes de tránsito, concluyéndose entre los diferentes actores, entre los que se contaban en mayor número personas integrantes de fuerzas de seguridad, ocupantes de cargos públicos y funcionarios de distintos gobiernos provinciales y nacionales, que este tema pasa por concientizar al ciudadano.

«Para ello, hay que educar tanto a grandes como a chicos, a peatones como a conductores, a políticos como a funcionarios, a formadores de opinión como a los mismos educadores.

«Esta educación debe ser encarada por los diferentes estados que conforman el espectro elegido para gobernar, como también los diferentes actores que conforman e integran la sociedad, los que en la mayoría de los casos se desentienden y no se aluden como co-responsables de esta obligada participación ciudadana.

Existe siempre la excusa objetable de que la falta de recursos es un impedimento para realizar educación y más si el tema es el de la conducta sobre seguridad y comportamiento vial. El argumento esgrimido es que siempre hay cuestiones más importantes que atender en la sociedad que destinar recursos para efectuar campañas que involucren a todos en la toma de conciencia y en el aprendizaje que puede desarrollar una correcta etapa de educación vial. Dicha educación debe instrumentarse por un tiempo más que prudencial para poder medir sus efectos, ya que esta inversión que el Estado tiene que realizar debe ser exigida por quienes tributamos impuestos y gabelas para que funcione y se puedan implementar verdaderas medidas de contención en la acentuada accidentología de la vía pública.

Para terminar, sobre el tema de los accidentes, donde los factores que confluyen para que se produzcan son muy variados y de todos los órdenes, debemos trabajar para que todos los responsables se unan en un punto en común para cambiarlos y principalmente hacerlo impartiendo educación.

* Ex director de Planeamiento de la Dirección General de Transporte de la Provincia del Neuquén. Integrante del Consejo Provincial de Tránsito. Participante de las Asambleas del Consejo Federal de Seguridad Vial, dependiente del Ministerio del Interior.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios