Los anti-Nobel, el gran premio a las investigaciones científicas más insólitas

Si no fuera por los premios «anti-Nobel», anunciados ayer en Harvard como cada año, estudios tan importantes como «tratamiento de un pene atrapado en el cierre de una bragueta» o «la relación entre el plumaje de los pollos y la velocidad de los tornados» pasarían inadvertidos. Sin la voluntad de Marc Abrahams, fundador, las investigaciones científicas más extravagantes del mundo caerían año a año en el más completo olvido.

Creado en 1991, este galardón que premia trabajos que «no pueden o no deben ser reproducidos» representa la ocasión de juntar en la prestigiosa Universidad de Harvard un panel de investigadores científicos que se distinguen unos de otros por sus espíritus extravagantes. Los ganadores del anti-Nobel son también premiados por haber conducido estudios tan dispares como el impacto de la música country en el índice de suicidios, la utilización del imán para hacer levitar a las ranas y el efecto de la cerveza, el ajo y la crema fría en el apetito de las sanguijuelas.

El discurso de clausura será pronunciado por el ganador del premio anti-Nobel 2003, el biólogo Kees Moeliker, que debe su premio a un estudio -inédito- que se refiere al primer caso de necrofilia homosexual entre patos silvestres. Abrahams a creado los premios anti-Nobel (también llamados Ig-Nobel por innobles) con el objetivo de «hacerlos reír en primer lugar para luego reflexionar».

El comité de selección -un grupo que trabaja en la sombra- debe elegir entre unos 5.000 proyectos, según Abrahams. Los ganadores son discretamente contactados previo a la ceremonia para darles la oportunidad de declinar la oferta. Pero son muy pocos lo que se resisten al premio y la mayoría viaja a su propio costo para recibirlo personalmente. Los discursos de agradecimiento se limitan a un minuto, y si alguien se pasa de ese tiempo una joven maestra de ceremonias se aproxima al orador y le dice: «Por favor, termine, me estoy aburriendo». «Simple, pero se la creen y se marchan», subrayó Abrahams.

El ambiente de la ceremonia es infantil y de jolgorio: los participantes hacen guerra de papelitos durante los discursos de sus colegas. La lista de estudios galardonados es un rosario de extravagancias: los doctores James Nolan, Thomas Stillwell y John Sands obtuvieron en 1993 el premio en medicina por su estudio incomparable sobre una cuestión angustiante: «Tratamiento del pene atrapado en un cierre de bragueta». Y la doctora Mara Sodoli, de Washington, fue premiada con el anti-Nobel de literatura en 1998 por su ensayo inédito: «Tirarse un pedo para protegerse de una situación espantosa». (AFP)


Si no fuera por los premios "anti-Nobel", anunciados ayer en Harvard como cada año, estudios tan importantes como "tratamiento de un pene atrapado en el cierre de una bragueta" o "la relación entre el plumaje de los pollos y la velocidad de los tornados" pasarían inadvertidos. Sin la voluntad de Marc Abrahams, fundador, las investigaciones científicas más extravagantes del mundo caerían año a año en el más completo olvido.

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