“Los chicos humildes juegan mejor que los de clase media”
<i>“El talento es clave. Si hay talento podemos solucionar carencias de años. Suena duro, pero el fútbol moderno es así”.</i>
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¿Qué tiene a favor esta zona para sacar buenos jugadores de fútbol estilo primera división? La alimentación ¿Qué tiene en contra? La deficiente competencia y la escasa idoneidad que existe en las formativas en general.
Ariel Paolorosi conoce las dos veredas. Es uno de los coordinadores en las inferiores de Estudiantes de La Plata y jugó en Cipolletti en los ‘80. Para él, en Santa Fe además de soja germinan cracks por doquier. Nació allí y sabe de lo que habla. También dice que en Río Negro y Neuquén vino a ver jugadores puntuales, sobre todo marcadores centrales. Pero que aquí falta competencia y, ante todo, formadores competentes.
-¿Qué tipo de jugadores busca Estudiantes?
-Con técnica y rápidos, con genética para afrontar el fútbol moderno. Mucho tiene que ver la posición en la que juegan. Vimos marcadores centrales en tu zona porque generalmente los encontrás fogueados en torneos como Argentino B o A y con pocos años. Eso sí, deben ser altos…
-¿Cómo es eso?
-Buscamos el biotipo del puesto: el central sí o sí tiene que ser alto, 1.80 metros en chicos de 14 años y 1.85, 1.88 para pibes de quinta división. En ese caso no nos interesa tanto la técnica o que sean rápidos, sí grandotes. Lo demás lo trabajamos nosotros. Igual que para los centrodelanteros, deben ser grandotes y armados. Los volantes tener buen pie y dinámica. Hoy se busca mucho el ida y vuelta, lo piden los DT de acá y de Europa.
-¿Cuánto juega lo mental en los chicos, el desarraigo?
-El desarraigo es duro, pero es así. Cada vez los buscamos más chicos y hoy lo ideal es que estén en el club a los 12, 13 años. El chico con perfil para jugar al fútbol se la aguanta y los que no se adaptan se vuelven. Hay muchos factores que juegan y la mayoría de los chicos con talento están mejor en el club que en sus casas, porque hacen cuatro comidas diarias, tiene calefacción, gente que los cuida. Muchas veces los mismos padres los empujan a los clubes. También hay casos de padres que se quieren salvar con los chicos. Hay de todo en esta jungla…
Estudiantes tiene dos pensiones para los chicos de inferiores, una en City Bell y otra en La Plata. Tiene capacidad para 65 jugadores, todas las comodidades y de allí también van a la escuela. “¿Psicólogo? Sí, lo estamos pensando, pero hay que encontrar el profesional ideal, porque hay mucho chanta. En la cabeza del chico intentamos influir todos: profes, técnicos, dirigentes, utileros, cocineros… Como una familia”, cuenta Paolorosi.
En el fútbol la clase social influye. Demasiado. El hambre, literal y metafórico, es un factor determinante. “En general, los chicos humildes juegan mejor que los de clase media o alta. Los chicos ‘bien’ tienen otras distracciones: computadora o juegos electrónicos; los pibes de barrios, los de la villa, sólo juegan a la pelota, con lo que sea. Eso nunca cambia. Es más, la brecha se agranda”, explica el coordinador.
-Muchas veces el hambre de gloria no alcanza para suplantar años de hambre de comida.
-El talento es clave, si hay talento podemos solucionar carencias de años. Suena duro, pero el fútbol moderno es así. Por eso buscamos jugadores en la zona de Santa Fe y aledaños, porque allí se come mejor. En el conurbano se come muy mal, los chicos pasan hambrunas feroces. En el sur también se come mejor que en el norte y eso influye mucho.
-Pero de nuestra zona salen pocos jugadores para primera.
-Tiene que ver con la competencia creo, porque ahí la competencia no es buena, salvo los pibes que consiguen foguearse en los torneos federales. Además, es clave en los tiempos que corren que existan buenos formadores. Y según sé, esa es otra de las falencias por allí. (S.B)
Paolorosi observa la práctica, su colaborador vuelca datos en la planilla.
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