Los complejos planes del Sr. Ripley

“El talentoso señor Ripley”, un filme impredecible basado en una novela de Patricia Highsmith.

Nunca es fácil llevar a la pantalla el universo de un buen escritor policial. Mucho menos el de Patricia Highsmith. Por eso es un logro mayor cuando la obra literaria no aparece fagocitada por la cinematográfica.

No es el caso de “El talentoso señor Ripley”, el filme basado en una novela de la famosa escritora de historias policiales. Aun así en su afán por captar esa tensión tan característica de las novela de Highsmith, y de plantear buena parte de los tenebrosos callejones por que los que se pierde el argumento, el director y su guionistas se exceden. Ya hacia el final el producto comienza a cansar. Un pecado en cualquier arte.

Como siempre ocurre en la obra de la autora de “Crímenes imaginarios”, “Extraños en un tren” y de la célebre serie protagonizada por su personaje Ripley, el argumento resulta en principio una cosa sencilla hasta que se revela tal cual es. Por eso la mirada de horror que seguramente logrará en los espectadores.

Ripley es un muchacho atractivo, inteligente y tímido, con una habilidad especial para imitar a otras personas. Cuando no trabaja de mozo y le roba sonidos a pianos ajenos, se hace pasar por un chico de sociedad lo cual le permite comer bastante bien, conocer gente y hasta viajar.

Justamente en uno de estos encuentros es que conoce al padre millonario de un supuesto ex-compañero de universidad del cual apenas si sabe el nombre y algún par de datos. Con eso le alcanza para armar la farsa.

El chico rico no quiere volver a Nueva York y la misión de Ripley es devolverlo al seno de su padre. De donde sale el dinero que lo mantiene en el exterior, por supuesto. Más dulce que nunca Ripley acepta para ver cómo su vida modesta, en la línea de la pobreza, comienza a elevarse sin escalas hacia la gloria y la riqueza.

Luego de engañar al padre, consigue llamar la atención del chico en Italia.

Pero en el camino los planes se vuelven borrosos para Ripley que en lugar de cumplir su misión comienza a imitar demasiado bien la personalidad de su compañero.

Highsmith a pleno. Lo que parecía obvio se transforma en un laberinto hecho con imágenes delicadas, jazz, frases antes de la tempestad y actuaciones realmente sólidas.

Matt Dammon encarna a Ripley a la perfección ese doble juego que tanto disfruta, entre la violencia y los climas enrarecidos que consigue su sonrisa de buena gente.


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