Los «correos» de la droga apuntan a los pasos neuquinos

Utilizan los cruces con Chile no informatizados.

SAN MARTIN DE LOS ANDES .- Son correos. No eligen las rutas, se las marca un contacto del que habitualmente poco y nada saben, sólo el número de un teléfono celular.

Y cuando se trata de llevar la «mercadería» hacia el Pacífico, los pasos fronterizos neuquinos figuran como una referencia clave en sus mapas.

La ruta de los correos de la droga tiene en el sur del continente algunos puntos de partida que nacen desde los principales centros productores, especialmente en Paraguay.

Y tras atravesar nuestro país, buscan llegar a Chile por pasos fronterizos que no están informatizados.

Sólo este año en Punta de Vacas, en el puesto de la Gendarmería del paso Libertadores en Mendoza, se incautaron unos 700 kilogramos de marihuana.

Allí los sistemas computarizados cumplen un rol de control fundamental, y pese al enorme flujo del tránsito, la acumulación y registro de datos resulta implacable. A los «correos» este paso ya les resulta peligroso.

Entonces, apuntan al sur. Los pasos neuquinos como Tromen, Icalma, o Hua Hum, no están informatizados. Precisamente, el titular de la AFIP, Carlos Silvani había anticipado semanas atrás en San Martín su apuro por informatizar Tromen.

Si el «correo» pasa la frontera, lo comunica a través de su celular. Se supone que otros vehículos con idéntica «mercadería», aguardan en otros puntos de la región la suerte del que cruza primeros el límite. Si la frontera está permeable, otros «correos» siguen la ruta utilizada por el anterior. Si aparece algún inconveniente, apuntan hacia otros pasos, o bien aguardan que «las aguas se aquieten».

Así lo pudo reconstruir este diario tras diversas consultas con fuentes vinculadas con las investigaciones a lo largo de los últimos años.

Si el vehículo con la droga encuentra libre el camino hacia el Pacífico, sobrevienen otros llamados por el teléfono celular.

Así, el «correo» recibirá la dirección de un hotel o parador, en donde se alojará en alguna ciudad chilena.

En ese exacto lugar dejará las llaves del vehículo que esconde la «carga», y se encontrará con un sobre con unos 2.500 dólares como retribución por su «trabajo», y un pasaje aéreo de regreso al punto de partida.

En otros casos, debe aguardar el regreso del vehículo, ya liberado de la carga, y retornar con él por cualquiera de los pasos cordilleranos hasta su país de origen: Brasil o Paraguay.

De este modo, prácticamente no hay contactos entre el que transporta la droga y el que la recibe.

La marihuana suele provenir de uno de los centros productores más importantes del continente: la ciudad paraguaya de Pedro Juan Caballero.

Drogas de características similares también se produce en el sur boliviano y en sectores brasileños cercanos a la frontera con Paraguay.

Desde este punto, los «correos» apuntan al este, para atravesar la frontera con Brasil que aparece como «permeable», y favorecida por la flexibilidad de las tramitaciones que rigen para los países del Mercosur.

Desde el Brasil, la ruta continúa al sur, ingresando al Uruguay, para arribar a los puertos de Montevideo o Colonia del Sacramento.

A partir de la ribera oriental del Río de la Plata, se incorpora otro sistema de transporte: el acuático.

En los «ferrys» que realizan en forma permanente el cruce del estuario, los vehículos con su «carga» escondida en algún compartimento especial, llegan al puerto de Buenos Aires, en donde existen las mismas «flexibilidades» de control que rigen para el Mercosur.

Además, el nutrido tránsito de pasajeros y vehículos a través del Río de la Plata, hace suponer a los «correos» que los controles se relajan, dada la necesidad de agilizar las tramitaciones en el momento del desembarco.

Los «correos» no suelen viajar solos. En muchos casos lo hacen en compañía de una mujer, y de este modo la pareja aparece como un dúo de turistas.

La intercepción en Paso Tromen el domingo pasado, de una pareja de brasileños a bordo de una camioneta en la que llevaban escondidos 55 kilos de marihuana, surje como un caso típico de cómo actúan los «correos» de la droga.

En este caso, el vehículo tenía patente de Foz de Iguazú, y se supone que el destino de la droga era Pucón, desde donde se especula que podría seguir viaje, en otras manos, hasta el puerto de Valdivia, para proseguir su ruta al mercado europeo.

El 7 de agosto del año pasado, en el Paso Hua Hum la Gendarmería también incautó 80 kilos de marihuana de un Mercedes Benz con patente paraguaya, en el que también viajaba una pareja.

En este caso, la «mercadería» estaba escondida en un doble fondo del tanque de nafta.

En los pasos que no están informatizados, sólo la atenta mirada del personal de control o la existencia de datos previos surgidos de tareas de inteligencia, pueden hacer posible dar con la «carga».

De allí la urgencia de informatizar los puestos fronterizos, pero antes que eso, hay que dotarlos de la energía que permita su funcionamiento.


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