Los crianceros del norte neuquino iniciaron la invernada

Es especialmente importante que los automovilistas sean precavidos pues pueden encontrarse con arreos en las rutas

CHOS MALAL (ACHM).- Unas 1.500 familias de crianceros comenzaron a trasladar sus animales desde los campos de veranada a los de invernada en busca de las mejores pasturas para sus rebaños, dando lugar a la trashumancia que constituye la técnica de pastoreo por excelencia.

El movimiento de animales se puede apreciar desde hace algunos días en las distintas zonas del norte neuquino, dado que los primeros crianceros comenzaron el retorno desde los campos de veranada ubicados en el departamento Minas en plena cordillera, a los de invernada, localizados en los departamentos Chos Malal, Pehuenches y Ñorquín.

La trashumancia en un hecho muy importante para las familias de pequeños crianceros, dado que del cuidado de los animales en época de parición y el proveerlos de alimento necesario depende la calidad del ganado de cada productor, cuya economía familiar gira en torno a la venta de sus chivos, vacas y ovejas. En menor medida lo es la huerta que en la mayoría de los casos es utilizada para consumo propio.

La trashumancia es un sistema ganadero que consiste en el movimiento, habitualmente conocido como «arreo» de los rebaños entre dos sectores distintos y alejados entre sí -veranada e invernada- siguiendo un ritmo estacional.

De esta manera, la primavera y el verano se transforman en épocas propicias para el traslado de los animales de la invernada a la veranada y el otoño y el invierno lo es para realizar el recorrido inverso.

Esto es así porque en verano las pastos en la zona montañosa quedan libres de nieve y allí los animales pastorean hasta abril cuando el criancero hace descender el ganado hacia los sectores más bajos y protegidos donde encontrarán el alimento.

La importancia de la trashumancia radica en que las dos regiones en las que vive el ganado son complementarias, dado que ninguna de las dos puede procurar la alimentación del ganado durante todo el año.

Llegar a las zonas deseadas implica no sólo recorrer grandes distancias, sino también hacer frente a las inclemencias climáticas. y tener en cuenta algunos recaudos como cuando existe sequía, dado que al no contar con pasturas los animales difícilmente pueden soportar el traslado que habitualmente lleva hasta un mes.

El estado de flacura -a veces- obliga a quienes cuentan con algunos recursos y que son los menos a realizar el traslado mediante camiones jaula, pero la gran mayoría deben hacerlo mediante el arreo y las pérdidas se transforman en una situación irremediable.

Chos Malal es el descanso obligado de los arreos que deben recorrer alrededor de 200 kilómetros por la escarpada geografía del norte neuquino para trasladarse de un lugar a otro.

Llegando a Chos Malal por la ruta nacional 43 los crianceros llegan al lugar de descanso en la isla existente entre los dos puentes del río Curi Leuvú.

El lugar resulta más que propicio, dado que los crianceros llegan a la localidad para proveerse de mercadería, generalmente yerba, azúcar, fideos, harina y tabaco que les serán de utilidad para continuar el camino.

Los animales cuentan con agua y un poco más alejadas de la ruta, pasturas con que alimentarse. En su recorrido los crianceros transitan por los denominados «callejones» que son senderos a la vera de la ruta; donde no los hay avanzan sobre los caminos, por eso en esta época del año se recuerda constantemente a los automovilistas adoptar las medidas de precaución del caso.


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