Los días de julio

En estos últimos días de julio tres precandidatos que buscan una banca en el Congreso por el Frente para la Victoria en la interna del 7 de agosto han pasado, en Cipolletti, de tercera a cuarta velocidad, con temperatura en aumento, hasta que lleguen a la recta final a fondo y se jueguen al todo o nada.

Y en el mes de su nombre, Julio Arriaga, el referente nato del oficialismo del PJ y del Frente Grande, bendecido aunque con la prestación de figura en la foto por el propio presidente, Néstor Kirchner, va un paso más adelante que sus otros dos adversarios, Osvaldo Soliz, de las 62 Organizaciones Peronistas y la CGT, y Carlos Larreguy, apoyado en el hombro de segmentos que reivindican la tan mentada «identidad peronista».

¿Por qué Arriaga va un paso adelante?. Muy simple, su impacto es directo e indirecto, sobre afiliados e independientes cipoleños. Fue ocho años intendente e hizo obras de envergadura. Sale tanto fogoneando una colonia de vacaciones y un albergue estudiantil en el Club Cipolletti como en un acto público en Bomberos o en una reunión ampliada como la de ayer en el local de los españoles, recibiendo el apoyo de organizaciones, una en especial muy agradecida por los muebles, electrodomésticos y colchones que sus asociados recibieron horas atrás de parte de la «Gran Hermana», Alicia Kirchner, ministra de Desarrollo Social de la Nación.

-«Contra eso, vamos en desventaja, pero igual no les va a ser fácil», descargó ayer un hombre cercano a Soliz, quien contrapuso todo el despliegue del sector arriaguista apuntalado por el senador, Miguel Pichetto, y los intendentes Carlos Soria y Alberto Weretilneck con el posible aporte de cientos de afiliados a diversas fuerzas gremiales y el apoyo que el líder de la «Seisdos» recibió el viernes de un kirchnerista de la primera hora, el jefe de la CGT nacional, Hugo Moyano.

Habilidoso al extremo -porque al fin y al cabo los tres candidatos para la interna se incluyen en la falange de Kirchner- sin nombrarlo le dio el aval al dirigente que desde hace 40 años pilotea el gremio del Hielo quien, imperturbable, esbozando una sonrisa, recibió el halago indirecto y suspiró aliviado.

Con su búsqueda de la «mística» -como si se tratara del Arca Perdida- y su oración a la «identidad peronista», Larreguy, el diputado que busca su reelección, estuvo también en Cipolletti haciendo de todo un poco.

Ubicó fiscales de mesas, se contactó con dirigentes y punteros, articuló la propaganda callejera, hizo llenar paredes con su rostro y hurgó en el desolado hormiguero peronista local en la búsqueda de adeptos, con suerte diversa.

La perfomance de Arriaga y su picada en punta no es casual. Aparte de su imagen -sólo jaqueada por mutaciones que lo llevaron de la mano del pragmatismo por diversas parroquias partidarias, aunque ese no es un tema que a la gente pareciera interesarle demasiado- está la movida de Weretilneck, que maneja poder real en la ciudad.

El intendente en este lapso que precede a la compulsa puso el pie en el acelerador y tiene a su facción desplegada.

El jueves había una oficina, no en la comuna, con al menos cuatro teléfonos, mesas con padrones de afiliados al Frente Grande y de independientes y cuadros llamando y apuntando nombres sin solución de continuidad. «Alberto le va a aportar al menos 2.500 votos a Julio», dijo un weretilcknista auténtico, que conoce la calle como los dedos de sus manos.

Y por si todo fuese poco, en las horas próximas se conocerá el pronunciamiento institucional, escrito, de Weretilneck y de los concejales mayoritarios -Rigoni, Bongiorno, Bichara y Blanco- por Arriaga, con un hiperlocalista y no demasiado creativo título de «Votemos por Cipolletti».

Arriaga, el «caballo del comisario», lleva ventajas, aunque en política, y más en estos tiempos, todo es relativo.

Por ahí, el famoso «arte de lo posible» le pone el domingo 7 un freno a lo que aparece, hoy por hoy, como un resultado lógico.

 

Julio Alberto Salto

cipolletti@rionegro.com.ar


En estos últimos días de julio tres precandidatos que buscan una banca en el Congreso por el Frente para la Victoria en la interna del 7 de agosto han pasado, en Cipolletti, de tercera a cuarta velocidad, con temperatura en aumento, hasta que lleguen a la recta final a fondo y se jueguen al todo o nada.

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