Los empresarios piden mesura a las autoridades

NEUQUEN- Los comerciantes y pequeños empresarios de la provincia, que ya acumularon un 40 % de merma en sus ventas por la recesión del mercado interno, exigieron «mesura» a las nuevas autoridades en el gasto público y recordaron que el sector privado «ya hizo el ajuste y ahora le toca al Estado».

Reclamaron que el gobierno y las intendencias paguen las deudas a sus proveedores, que acumulan en muchos casos más de 120 días de mora, y que no incrementen la deuda pública, que ya supera la mitad del presupuesto provincial.

El sector neuquino de la pequeña y mediana empresa encontró su piso por partida doble: soportó una caída general de la actividad económica en este segundo semestre del año pero, como en el resto del país, inició parcialmente su recuperación. Sin embargo, la capacidad de ajuste del sector «está agotada» por lo cual volvió a exigir la contención del gasto público.

El comercio minorista recibió el mayor impacto, «y en Neuquén fue peor todavía porque los índices están por lo menos cinco puntos abajo que el promedio general», dijo Juan Carlos Helou, presidente de la FEEN.

La entidad difundió datos de una encuesta nacional realizada antes del 24 de octubre pasado por la Confederación General Económica sobre la base de 400 empresas.

El dirigente empresario consideró que las declaraciones del equipo sobischista tienden a «amedrentar a la gente» y no se condicen con la necesidad de «asumir los compromisos» por parte de las autoridades, tanto las que están en funciones como las electas.

En lugar «de aumentar la deuda de la provincia, que ya supera los 700 millones de dólares, y supera la mitad del presupuesto anual, hay que contener el gas-to», sentenció.

Máximo Diez, presidente de la Unión de Empresarios Neuquinos -UEN- anticipó contenidos de un documento de la entidad, contrario al incremento de la presión fiscal sobre los privados.

Dijo que la provincia «no va a estallar, vamos a estallar nosotros», en alusión a declaraciones del vicegobernador electo, Jorge Sapag.

Mientras la actividad en general «bajó más del 25 %», el gobierno «mantiene el gasto público y los futuros gobernantes hablan de aumentar los impuestos». Esa situación, aseguró el dirigente, «no se puede sostener, porque nosotros ya hicimos el ajuste».

Helou volvió a la carga y subrayó la necesidad de «atemperar la mayor recesión» que implica una caída general de la actividad económica en todo el país, en lugar de «amedrentar a la gente» con declaraciones.

El documento entregado por la CGE consigna que el comercio -en el nivel país- expulsó casi un diez por ciento de mano de obra en este proceso y disminuyó sus compras en el 36,4 %. En el sector servicios la caída de las ventas fue del cinco por ciento, del siete por ciento en sus compras y perdió puestos de trabajo en un 3,43 por ciento.

Para Neuquén, calculó Helou, la crisis es «cinco puntos más grave, por lo menos, en todos los casos». En paralelo, se mantiene la mora del Estado en el pago a los proveedores.

El gobierno provincial mantiene un plazo de 120 días de retracción en el pago a sus proveedores, pero los municipios «están todos endeudados».

La comuna capitalina «está bien», pero en el resto la situación «está agravada».

Chos Malal mantiene ese margen de cuatro meses, e incluso llega a los 150 días de demora, pero Plottier, dijo Helou, «hace casi un año que no paga» a sus proveedores.

Un cóctel de medidas

Hace dos meses y medio, Acipan salía a la calle con un documento crítico sobre la gestión del Estado y sugería a los entonces candidatos a gobernador «un shock de reformas» que revirtiera el déficit fiscal, reformulara la prestación de servicios públicos y terminara con la conflictividad social.

El trabajo, elaborado por la Fundación Mediterránea a pedido de la cámara que conduce Carlos Gotlip, y, además de solicitar la participación de los empresarios en las estrategias de inversión y de reforma estructural del sector público, indicaban la necesidad de una especie de convertibilidad fiscal para detener el gasto.

Se proponía la privatización de empresas públicas como medio idóneo para reducir el gasto al tiempo que se pronunciaba a favor de la licitación pública para la concesión de los servicios, tanto en el ámbito provincial como en los municipios.

El documento, titulado «Neuquén, hacia una reforma del Estado», impulsaba la introducción de estímulos a la productividad, al estilo del presentismo que instauró entre los docentes de Neuquén la gestión de Pedro Salvatori.