Los Grammy, más allá de lo establecido

Alicia Keys, U2 y la banda de sonido de "O Brother, Where Art Thout? fueron los grandes ganadores de la jornada

Los Angeles (EE.UU.) (EFE).- La 44 edición de los Grammy distinguió a debutantes y leyendas de la música, ya que estos premios recayeron en la recién llegada Alicia Keys y los veteranos «U2», aunque fue la banda sonora de la película «O Brother, Where Art Thou?» la que sorprendió a la industria.

La recopilación de temas tradicionales americanos en la comedia «O Brother», de los hermanos Coen, se alzó con el premio al mejor álbum del año, un galardón que se esperaba que fuera para cualquiera de los otros candidatos.

«Todo el mundo pensó que estaba loco», dijo a la prensa el productor de este álbum, T Bone Burnett, al confirmar su visión de futuro cuando elaboró esta recopilación ganadora de cinco premios Grammy.

Esta victoria supone la primera vez desde 1994 que una banda sonora se alza con el galardón al mejor álbum del año, algo que en aquel entonces consiguió la música del éxito de taquilla «El guardaespaldas».

Los cinco galardones a la debutante neoyorquina Alicia Keys, de 21 años, fue la otra sorpresa de la velada y la joven dedicó su triunfo a «quienes piensan más allá de lo establecido».

La intérprete negra no sólo se hizo con los principales premios de su género, el «Rythm & Blues», sino que también alcanzó la gloria como mejor nueva artista y como mejor canción, por el tema «Fallin», de su primer álbum «Songs in A Minor», con el que en total consiguió cinco galardones.

Estas sorpresas ensombrecieron el triunfo de «U2», aunque el veterano grupo irlandés consiguió cuatro de las ocho candidaturas a las que aspiraba, incluida la de mejor disco del año por «Walk On».

Sin embargo, sus logros que incluyeron mejor álbum de rock por «All That You Can»t Leave Behind», y mejor interpretación «pop» de grupo con «Stuck in a Moment You Can»t Get Out Of», supieron a poco ya que se esperaba que hiciera historia y acaparara los tres galardones principales y repitiera la victoria conseguida con «The Joshua Tree» en 1988.

«Siendo irlandés, si tienes ocho candidaturas y no consigues un premio no te dejan regresar al país. Así que este es un asunto de seguridad», bromeó Bono al recoger su segundo premio.

La ceremonia, de tres horas y media de duración y retransmitida a 175 países, trató de ser una fiesta para la industria a pesar de los problemas actuales, con las ventas a la baja por primera vez en las últimas décadas y la rebelión de los artistas frente los contratos abusivos.

En este ambiente, dos figuras españolas de la canción y del baile intentaron enseñar a la audiencia unos pasos de flamenco.

El primero en intentarlo fue Alejandro Sánz, quien hizo su primera gran interpretación para el mercado estadounidense y cantó en español el tema «Quisiera ser».

El artista no se pudo buscar mejor compañía que el trío de «Destiny»s Child», quienes además le hicieron de traductoras.

Sanz arrancó de las artistas unos pasos «flamenquitos», como el cantante los definió, mientras que más tarde el bailarín Joaquín Cortés interpretó con Alicia Keys un número con más aire de tango argentino que de danza española.

La ciudad de Nueva York y los atentados terrorista del pasado 11 de septiembre fueron motivo de diferentes homenajes, desde la interpretación de Tony Benett y Billy Joel de «New York State of Mind» hasta el tema «Where Were You When the World Stopped Turning», que Alan Jackson compuso en memoria de esos acontecimientos.

El presidente de la Academia de Artes y Ciencias Discográficas Michael Greene, aprovechó la audiencia de este espectáculo musical, para atacar a la piratería musical, especialmente en internet. El show de la música continúa.

La encarnación del talento, la inteligencia y el sentimiento

Los Angeles (EE.UU.) (dpa). – Estados Unidos tiene una nueva superestrella que hace un año casi nadie conocía. En aquel entonces, los buscadores de Internet no daban ningún resultado si se escribía Alicia Keys. Luego, salió al mercado su disco «Songs in A Minor», que con cinco millones de copias vendidas hasta ahora se convirtió en un éxito enorme.

Desde esta madrugada, la cantante de soul y rhythm & blues neoyorquina es la «reina de los Grammy» de este año. Keys ganó cinco de los seis Grammy a los que estaba nominada y dejó muy atrás a su competidora, India Arie, de 26 años. Arie tenía siete nominaciones por su álbum debut «Acoustic Soul».

Keys, que nació en 1981 como hija de una madre de origen italiano y un padre afroamericano, es considerada la «Aretha Franklin del nuevo milenio». Más de treinta semanas después de su lanzamiento, su primer disco, que contiene la destacada balada con piano «Fallin»», sigue en los primeros puestos de la lista de ventas de la revista «Billboard». Keys comenzó a tocar el piano a los cinco años. A los 14 compuso sus primeras canciones. El piano se convirtió en su «gran compañero» y los «Preludios» de Chopin son para ella mucho más que un ejercicio diario. «Chopin es el más grande», comentó Keys a la revista «Rolling Stone», que en noviembre pasado la dedicó su portada. El slang de Harlem, en tanto, no es para esta egresada de la Performance Art School de Nueva York sólo una insinuación a la escena musical negra, pero si hace falta domina perfectamente el debate académico.

Venera a los clásicos, pero cuando se trata de sentimientos terrenales menciona más bien a Marvin Gaye, Nina Simone y Jimi Hendrix. Para su representante durante años Jeff Robinson, Keys es la encarnación del talento, la inteligencia y el sentimiento. Al mismo tiempo, comenta, «es tan caliente como el gueto». «Harlem me marcó», asegura Keys, que desprecia el revuelo exagerado que se genera en torno a las estrellas. A una entrevista realizada en Nueva York pocos días antes de la entrega de los Grammy se presentó sin guardaespaldas y sólo con su madre y su novio, al contrario de lo que suelen hacer colegas como Britney Spears o Jennifer Lopez.

Keys, cuyo verdadero nombre es Alicia Augello Cook, tiene una relación muy especial con su madre, quien fue la que la impulsó y la instó a formarse en la música clásica. Eso se debe también a que el padre las abandonó cuando Alicia aún era una niña pequeña. Sin embargo, la cantante mantiene un buen vínculo con él y lo defiende ante los tópicos del «padre negro que abandona a su familia». Su novio se mantiene bastante al margen. Para Keys, el joven, que no tiene ninguna relación con el mundo del espectáculo, es su gran amor desde hace cinco años. «Me habló en la calle, pero yo estaba apurada y tenía que ir a mi casa». Entonces él le dejó su número de teléfono. «Y yo por suerte lo llamé». Además de su novio, al que quiere mantener alejado del revuelo mediático, en la vida de Keys hay otro hombre muy importante: Clive Davis.

El veterano de la industria discográfica es considerado su descubridor. Davis la contrató para Arista tras una fase más bien desgraciada en Columbia. Y ella siguió con él cuando Davis fundó su propio sello J-Records.


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