Los grupos mapuches radicalizados
Como suele acontecer en todo movimiento político novedoso, que surge inspirado en imaginarios colectivos y recreando ficciones históricas, rápidamente aparecen grupos juveniles más radicalizados que toman esas consignas al pie de la letra. Si se caracteriza como “genocidas” a los dirigentes políticos que “ocuparon” tierras que ancestralmente pertenecieron a determinada etnia, nadie debería sorprenderse que a continuación alguien –en nombre de esa comunidad imaginaria– demande la restitución de esos territorios históricos. Tampoco que siguiendo esa estela, se termine reivindicando la legitimidad de la “lucha armada” para alcanzar la “liberación nacional”. En Chile, en la región de Araucanía, existen organizaciones que enarbolan reivindicaciones étnicas y territoriales que han mantenido enfrentamientos violentos con las fuerzas de seguridad. El Movimiento Autónomo Mapuche ha alcanzado gran virulencia, propiciando la toma violenta de tierras y la destrucción de camiones e instalaciones forestales. Durante la presidencia de Sebastián Piñera se produjo uno de los más extremos y salvajes atentados: 20 encapuchados asaltaron e incendiaron la finca de unos colonos suizos, acabando con la vida de su propietario, Werner Luchsinger y de su esposa. Aquí en la región, los hechos beligerantes también se vienen manifestando, sobre todo en el área andina. Una de las acciones más violentas y reciente fue la que se atribuyó la agrupación Resistencia Ancestral Mapuche: el incendio al refugio Neumeyer, en una fecha emblemática, el 12 de octubre. Es el mismo grupo que un año antes provocó un ataque vandálico contra la iglesia Catedral. En el comunicado dado a conocer mencionaban un “conflicto” cuya solución debía ser política, no judicial ni represiva, basado en “la devolución del territorio usurpado”. Anunciaban su disposición a “resistir a sangre y fuego a las petroleras y mineras en el Sur” y “echar las ya instaladas validando todas las formas de lucha y el derecho a rebelarnos como pueblo oprimido”. Pocas semanas atrás sorprendió la brutal agresión a un camionero de Roca que transitaba por una ruta cercana a El Maitén (Chubut). Encapuchados, que se reivindicaron mapuches bajo la consigna “fuera mineras y petroleras”, golpearon al chofer e incendiaron la cabina del rodado. También a palos y piedras, miembros de la comunidad Lof Leufuche de Roca ahuyentaron a cinco familias que hacían un asado en un espacio público, a orillas del río Negro. Entre el 2009 y 2011 hubo una escalada de violencia en Villa La Angostura. Se recuerda el ataque incendiario al edificio municipal que se atribuyó “Resistencia Ancestral Mapuche”. Luego ocurrió un hecho más grave: dos artefactos incendiarios arrojados contra una casa, en el acceso al cerro Belvedere, donde dormían un matrimonio y un bebé, que se salvaron de milagro.
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