Los grupos penetran en empresas e industrias

Las organizaciones criminales que operan a nivel internacional están penetrando cada vez más en las empresas e industrias. En Francfort, Berlín, Moscú, Viena, Londres y otros centros del crimen organizado, esas organizaciones blanquean sus ganancias sucias y tratan de influir en la política y la economía.

Las actividades de los malhechores no respetan fronteras. Según la organización policial europea Europol, con sede en La Haya, Europa también se ha convertido en un «mercado común para criminales».

En Alemania está creciendo el crimen económico organizado. En Italia, la mafia invierte en ramos legales de la economía y en Rusia, las bandas criminales ya están infiltradas en el 50% de la empresa privada y en el 60% de las empresas del Estado, según estimaciones no muy recientes.

A pesar de que la policía ha conseguido en los últimos tiempos algunos éxitos en la lucha contra el tráfico de drogas, armas y personas, los investigadores no ven motivo alguno para bajar la guardia antes éstas y otras formas de crimen organizado, como se desprende de una encuesta

«El crimen organizado amenaza a los fundamentos económicos de este país y sus tentáculos llegan hasta los lugares más apartados de nuestra sociedad», aseguró el director general del servicio de inteligencia británico, John Abbott. Se calcula que sólo en Gran Bretaña, las ganancias que obtienen los criminales ascienden a 50.000 millones de libras (unos 73.000 millones de dólares) anuales, lo que quiere decir que el crimen organizado es ya el tercer «sector económico» del país.

En Alemania, el número de causas abiertas contra el crimen económico organizado aumenta de forma constante desde 1998, según un reciente informe de la policía judicial alemana. El año pasado se celebraron en este país 103 juicios por este tipo de delitos, el segundo más importante después del narcotráfico.

En Berlín, la policía descubrió un caso de fraude relacionado con la gestión de créditos que incluye más de 5.200 hechos delictivos. Los casos de estafa, malversación y quiebras ilegales llaman cada vez más la atención, admite la policía judicial alemana. A pesar de algunos éxitos, la policía europea no ve motivo alguno para cantar victoria y pugna por fortalecer aún más la cooperación internacional.


Las organizaciones criminales que operan a nivel internacional están penetrando cada vez más en las empresas e industrias. En Francfort, Berlín, Moscú, Viena, Londres y otros centros del crimen organizado, esas organizaciones blanquean sus ganancias sucias y tratan de influir en la política y la economía.

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