Los habitantes huyen de la “ciudad de la muerte”

En 2010 mataron a 3.000 personas. Otras 110.000 se habrían ido.

AP

Una plaza totalmente desierta: una postal cada vez más frecuente en la ciudad fronteriza con Estados Unidos.

CIUDAD JUÁREZ.- Laura Longoria apuntó con el dedo a las casas abandonadas y contó cuántas familias han escapado de la ciudad más mortífera del Hemisferio Occidental solamente en su calle.

“Una, dos, tres, cuatro, aquí, y dos más allá en la otra cuadra’’, dijo Longoria, de 36 años y con cuatro hijos. Longoria administraba una tienda en su barrio obrero en el sur de Juárez hasta que los dueños la cerraron, hastiados con el tributo que se vieron forzados a pagarle a los pandilleros del narcotráfico para seguir funcionando.

Su familia prometió quedarse. Pero entonces ocurrió el secuestro de un adolescente de una tienda de artículos de papelería al otro lado de la calle. El esposo de Longoria, Enrique Mondragón, solicitó una transferencia a la compañía de autobuses en la que trabaja. “Ellos me preguntaron ‘adónde’”, recuerda Mondragón. “Yo les dije ‘adonde sea’’’.

Nadie sabe cuántos residentes han dejado esta ciudad de 1,4 millones de habitantes desde que comenzaron las batallas territoriales entre pandillas, desatando una ola sin precedentes de asesinatos y caos. Líderes empresariales, citando información tributaria del gobierno, dijeron que el éxodo pudiera totalizar 110.000 personas, mientras que un grupo municipal y una universidad local colocan la cifra cerca de 230.000, y estimados de organizaciones sociales son aún más altos.

El éxodo es especialmente difícil de cuantificar porque Juárez tiene una naturaleza transitoria, atrayendo a miles de trabajadores a empleos temporales en fábricas, y a quienes usan la ciudad como escala antes de cruzar ilegalmente hacia Estados Unidos.

Pero sus efectos son vistos en todas partes. Prácticamente no pasa una semana sin que Longoria y su esposo vean a otro vecino irse. Entonces los vándalos llegan y se llevan ventanales, tuberías, e incluso elementos de las instalaciones de electricidad, hasta que solamente quedan paredes peladas cubiertas de graffiti, rodeadas por patios llenos de comida podrida y viejos neumáticos. Esa podría ser la suerte de la casa de tres habitaciones de Longoria si se aprueba la transferencia de su esposo.

Controlada desde hace tiempo por el Cártel de Juárez, la ciudad cayó en un horripilante ciclo de violencia luego que el capo narcotraficante más buscado en México, Joaquín “El Chapo’’ Guzmán, y su Cartel de Sinaloa tratasen de tomar el control por la fuerza a partir del 2008. El presidente Felipe calderón envió a casi 10.000 soldados para restaurar el orden. Ahora, el ejército y las autoridades federales están yendo puerta a puerta, realizando un censo de emergencia para determinar cuántos residentes han huido.

Masacres, decapitaciones, videos en YouTube en los que se ven sesiones de torturas del cártel e incluso coches bombas se han vuelto algo común en Juárez, donde más de 3.000 personas fueron asesinadas en el 2010 –de acuerdo con el gobierno federal– lo que hace de la ciudad uno de los lugares más peligrosos del planeta. (AP)


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