Los hispanos no quieren chapuceos
Por Laura Bonilla
La salsa de Celia Cruz y la guitarra de Santana, herramientas de republicanos y demócratas para conquistar el voto latino en la última elección presidencial de Estados Unidos, no bastarán en el 2004: los hispanos ya son la mayor minoría del país y dicen ser más exigentes.
Según proyecciones del censo 2000, el número de hispanos creció a 37 millones en julio del 2001, desplazando a los 36,2 millones de afro-estadounidenses como la mayor minoría racial del país.
«Lo que vimos en las presidenciales del 2000 va a ser típico de lo que veamos en los próximos 10 años. En el 2004 vamos a ver a los candidatos hablando español, usando a personas de descendencia latina mezcladas en sus campañas y utilizando a los medios en español para promoverse», dijo Harry Pachón, presidente del Instituto de Estudios Políticos Tomás Rivera, con sede en Los Angeles.
Tradicionalmente los latinos apoyaron a los demócratas -a excepción de los cubano-estadounidenses-, pero Bush comenzó a revertir la tendencia en el 2000 con una agresiva campaña que incluyó a la reina de la salsa Celia Cruz, Jon Secada y su sobrino George P. Bush, hijo del gobernador de Florida Jeb Bush y Columba, su esposa mexicana.
Gore no tuvo hispanos en su familia para ventilar en la campaña, pero apeló al voto latino -conocido también como «el gigante durmiente»- al ritmo de los exitosos acordes de Santana, y cosechó finalmente el 62% del electorado hispano.
Pero los chapuceos y la música en español no serán suficientes para conquistar nuevamente a la comunidad latina, que representó un 6% del electorado total del país en el 2000, aseguró Lisa Navarrete, vicepresidenta del Consejo Nacional de La Raza (NCLR), que nuclea a unas 230 organizaciones de apoyo a la comunidad latina.
«Son esfuerzos bonitos y ciertamente gestos simbólicos bonitos que alguien intente hablar español, pero la comunidad latina decidirá verdaderamente a quién vota basada en las políticas y plataforma del candidato», afirmó. (AFP)
La salsa de Celia Cruz y la guitarra de Santana, herramientas de republicanos y demócratas para conquistar el voto latino en la última elección presidencial de Estados Unidos, no bastarán en el 2004: los hispanos ya son la mayor minoría del país y dicen ser más exigentes.
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