Los ladrones no respetan ni a los próceres

Hurtaron del Museo Nacional el reloj de Belgrano. Antes de morir, se lo dio a su médico en parte de pago.

Un reloj que fuera propiedad de Manuel Belgrano, el héroe de la independencia y creador de la bandera argentina, fue hurtado del Museo Histórico Nacional de la Ciudad de Buenos Aires.

La pieza es un reloj de bolsillo de oro y esmalte, con cadena, que el rey Jorge III de Inglaterra había obsequiado a Belgrano y que el prócer entregó en su lecho de muerte al médico escocés José Redhead como pago de honorarios, por carecer de otros recursos económicos.

Las autoridades sospechan que el reloj fue sustraído el fin de semana de una vitrina del museo que se encuentra en el barrio porteño de San Telmo. Para intentar recuperarlo, ya pusieron en alerta a la red internacional de aduanas.

«Si algún argentino lo tiene en su poder, espero que lo devuelva, porque no le puede quitar un pedazo de historia a otros argentinos», dijo José Antonio Pérez Gollán, director del museo.

«Es muy difícil determinar el valor de este objeto en relación a otros. Lo que sí se puede afirmar es que es de un altísimo valor simbólico para los argentinos», añadió.

Por su parte, el director general de Aduanas, Ricardo Echegaray, reveló que recién este lunes se tomó conocimiento del hurto y estimó que podría estar involucrado algún coleccionista dedicado al contrabando del patrimonio histórico.

El funcionario dijo que se había informado del hecho a Interpol y además puesta en alerta la Red de Intercambio de Información RILO, que administra la Organización Mundial de Aduanas e integran 171 países.

«La experiencia nos enseña que si se trata de un coleccionista del patrimonio cultural, la salida al exterior ya pudo haberse consumado, principalmente hacia Europa o Estados Unidos», precisó Echegaray en rueda de prensa.

Belgrano fue el creador de la bandera argentina, celeste y blanca, que fue izada por primera vez en 1812 en el lugar donde actualmente se levanta el emblemático Obelisco de Buenos Aires.

El héroe independentista murió como consecuencia de una hidropesía el 20 de junio de 1820, pocos días después de cumplir 50 años.

 

Todo para las escuelas

 

El prócer pagó con el reloj a su médico, ya que carecía de fortuna porque el dinero con que había sido premiado por sus victorias contra la corona española lo había donado para la construcción de escuelas en el norte argentino y en Bolivia.

Además, el gobierno le debía al momento de su muerte 18 meses de sueldo, por lo que la lápida de su tumba debió improvisarse con el mármol de una cómoda de su hermano.

Pese a su destacada participación en la guerra de la independencia contra los realistas españoles, Belgrano falleció sin bienes materiales en la misma casa del 430 de la avenida que hoy lleva su nombre, en la que había nacido y que perteneciera a su padre, un reconocido comerciante.

La Asamblea del año XIII lo había premiado con 40.000 pesos por sus victorias contra las fuerzas realistas, que este abogado y militar patriota donó para la construcción de escuelas públicas en Santiago del Estero, Tucumán, Jujuy y la hoy boliviana Tarija. (Télam y DyN)


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