Los liberales arrasan en Canadá

El primer ministro Jean Chretien logró una importante victoria en las elecciones federales anticipadas, logrando un importante avance ante los separatistas de la rebelde Quebec. Pese a que se reafirma el gobierno federal, advierten que aún se manifiestan importantes divisiones entre las distintas regiones del país.

OTTAWA (Reuters) – El primer ministro canadiense, Jean Chretien, arrolló en una elección federal anticipada pero los resultados aún bajo escrutinio demuestran una clara división entre el liberal este del país y el reducto conservador en el oeste.

Chretien, triunfador en su arriesgada convocatoria de una elección anticipada, avanza hacia la conquista de 173 de los 301 escaños del parlamento canadiense, según las cifras más recientes de la televisión de la CBC.

En el anterior parlamento, cuyo período había expirado en 2002, Chretien tenía nada más 155 escaños.

«El pequeño gana en grande», proclamó el influyente Globe and Mail en un titular de primera plana, refiriéndose a los orígenes de Chretien como el «pequeño» de la ciudad quebequense de Shawinigan.

El diario advirtió, en un editorial, que Canadá seguía fragmentada entre el este y el oeste, pero dijo que las divisiones se habían moderado en el Quebec francoparlante, en donde Chretien había confrontado el vigoroso desafío del movimiento separatista Bloc Quebecois.

Las cifras de la CBC demostraron que el Bloc, que nada más postuló candidatos a la legislatura por Quebec, ganó ahí 37 escaños, el mismo total que los liberales.

Ese resultado fue considerablemente peor para los separatistas que el de 1997, cuando el Bloc se hizo con 44 escaños en Quebec.

Pero la base de poder de Chretien seguía siendo la rica y poblada provincia de Ontario, en donde su partido conquistó 100 de 103 escaños.

La opositora Alianza Canadiense, un partido de derecha que propugnaba impuestos más bajos y un gobierno más reducido, logró dos escaños en Ontario, muy distante de sus expectativas.

La Alianza ganó 23 de los 26 escaños en Alberta, aunque Joe Clark, líder de los Progresistas Conservadores, consiguió un escaño en Calgary, en el corazón del territorio de la Alianza.

«Ningún avance para la Alianza», dijo, con un dejo de tristeza, el periódico National Post, que había instado a los canadienses a votar por la Alianza, argumentando que el segundo país más extenso del mundo necesitaba de un cambio en liderazgo.


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