Los malabares que conducen a la montaña

CIPOLLETTI (AC).- Vienen del centro y el norte del país, hacen en el Alto Valle una escala, como en otras partes, para ir juntando monedas tras monedas, y en un envión nuevo siguen, buscando el destino manifiesto de su punto final de vacaciones, para los casos que nos ocupan, la montaña, la precordillera, los lagos, con El Bolsón como referencia que prevalece por sobre todas las demás.

Los cipoleños se sorprendieron ayer por la mañana en la neurálgica intersección de Roca y Villegas. Tres muchachos hacían malabares, uno con los palillos, y los otros con elementos diversos, distrayendo a los automovilistas en la detención semaforizada.

Son tres amigos. Uno, Omar, viene de San Luis, tiene 20 años, trabaja sin relación de dependencia y se gana la vida lo mejor posible. «Ñoqui» y «Caquelo» son mendocinos, de Godoy Cruz. El primero, en sus pagos, es electricista, y el segundo logra ocupación en un locutorio. «Ahora hacemos otra parada en Neuquén y continuamos a dedo para El Bolsón», comentaron, en un paréntesis del «espectáculo», comiendo garrapiñadas a boca llena.

En la misma línea se mueve Lucas, de 23 años, un artesano en maderas que lleva su tesoro en la mochila. Viene de Buenos Aires, se sienta en cualquier vereda, saca sus creaciones, las coloca sobre un paño y las promociona: «llevate uno, hermano (un cenicero bastante logrado) por sólo tres pesos. Así junto rápido guita para seguir a los lagos», se sinceró. Quiere pasar por Junín, San Martín, Bariloche para terminar en El Bolsón. «Me gusta porque es «tranqui», para unas buenas vacaciones y de paso ganarse la estadía y el regreso con lo que hago. No pido más», murmuró. Luciana (22) y Eduardo (26) tenían intenciones de montar un «teatro callejero» en cualquier esquina, o en la plaza céntrica de Cipolletti. «¿Andará, te parece?, inquirió la muchacha al periodista. Los dos reconocieron también que con lo que vienen recaudando y lo que van a recaudar en los días venideros «esperamos pasar unos días lindos en El Bolsón. Ya estuvimos dos veces. Y pensamos volver el año que viene. Es muy bonito».