“Los ministros y el combustible”

Desde hace bastante tiempo, ex secretarios de Energía de la Nación y reconocidos profesionales de alta capacidad en materia energética vienen cuestionando y anticipando sobre la escasez y el desabastecimiento en materia de combustibles, entre dificultades en otras áreas correspondientes a la política energética del gobierno, no menores. Hoy lo podemos corroborar: largas colas en las estaciones de servicios, automovilistas indignados o resignados ante la fastidiosa espera y la pérdida de tiempo y choferes que recorren con sus camiones y transportes de pasajeros para conseguir gasoil, entre otras maquinarias, vehículos y actividades que requieren este imprescindible combustible. Los títulos y comentarios de los periódicos regionales son a su vez contundentes y expresan a diario la preocupación y el malestar de los consumidores, el perjuicio económico que representa la falta de los combustibles y los trastornos que acarrea. También se han manifestado públicamente diversas entidades de Neuquén y Río Negro, de la actividad privada, cámaras empresarias, sindicatos, taxistas, transportistas, etcétera. No obstante, ante este panorama cargado de incertidumbre por la falta de información oficial, que pareciera poco importante para el gobierno nacional, aparecen los ministros que deben dar respuesta a tan decepcionante, prolongada y preocupante situación económica restándole importancia y negando la realidad del desabastecimiento. A mediados de julio el gobierno negó que el país tuviera problemas para satisfacer el abastecimiento de combustibles y el suministro de energía y dijo que había habido inconvenientes de “logística” (sic). “La situación es absolutamente normal, hubo algunos problemas de logística por la alta demanda pero que estuvo incentivada desde medios como ‘La Nación’, ‘Clarín’ y ‘Perfil’, con el consentimiento de que va a faltar y que incluso no va ha haber más”, afirmó el ministro de Planificación Federal Julio de Vido. Además, el funcionario señaló que “siempre hay presiones para aumentar las tarifas”, aunque admitió que “está claro que en ocho años no nos han doblado el brazo, no nos lo van a doblar ahora tampoco”, y calificó de “puntero de la oposición al presidente de la Shell, Juan José Aranguren”, para agregar: “Hace ocho años que vienen diciendo que hay crisis energética en la Argentina, pero nunca hubo un black-out cuando Brasil tuvo tres en los últimos años”, dijo el ministro. Sin embargo, desde la Confederación Argentina de transportes de carga (Catac) contradijeron la versión oficial al sostener que la mitad de las estaciones de combustibles no contaba con gasolina. A las mentiras y disparates del ministro De Vido se agregan los de su par de Economía, Amado Boudou, que en un acto de arrogancia y desprecio a los consumidores que hacen las colas para abastecerse de combustible salió a pasear por el centro de la capital con una costosa motocicleta para manifestar a los medios que no había problemas con el combustible, que era cuestión de recorrer un poco y cargar nafta sin problemas. Es evidente que el ministro no se ha enterado de que no son tantas las estaciones a la vuelta de la esquina: en la actualidad han cerrado varias y por lo visto se seguirán cerrando. Resulta de lo más agraviante que la posición de soberbia y arrogancia de los dos ministros más importantes del gobierno nacional se pronuncie con tanta indiferencia ante un tema que a nivel país causa un perjuicio de dimensiones que superan la liviandad con que ha sido tomado desde las más altas autoridades del gobierno. Máximo Diez LE 5.450.466 Neuquén

Máximo Diez LE 5.450.466 Neuquén


Desde hace bastante tiempo, ex secretarios de Energía de la Nación y reconocidos profesionales de alta capacidad en materia energética vienen cuestionando y anticipando sobre la escasez y el desabastecimiento en materia de combustibles, entre dificultades en otras áreas correspondientes a la política energética del gobierno, no menores. Hoy lo podemos corroborar: largas colas en las estaciones de servicios, automovilistas indignados o resignados ante la fastidiosa espera y la pérdida de tiempo y choferes que recorren con sus camiones y transportes de pasajeros para conseguir gasoil, entre otras maquinarias, vehículos y actividades que requieren este imprescindible combustible. Los títulos y comentarios de los periódicos regionales son a su vez contundentes y expresan a diario la preocupación y el malestar de los consumidores, el perjuicio económico que representa la falta de los combustibles y los trastornos que acarrea. También se han manifestado públicamente diversas entidades de Neuquén y Río Negro, de la actividad privada, cámaras empresarias, sindicatos, taxistas, transportistas, etcétera. No obstante, ante este panorama cargado de incertidumbre por la falta de información oficial, que pareciera poco importante para el gobierno nacional, aparecen los ministros que deben dar respuesta a tan decepcionante, prolongada y preocupante situación económica restándole importancia y negando la realidad del desabastecimiento. A mediados de julio el gobierno negó que el país tuviera problemas para satisfacer el abastecimiento de combustibles y el suministro de energía y dijo que había habido inconvenientes de “logística” (sic). “La situación es absolutamente normal, hubo algunos problemas de logística por la alta demanda pero que estuvo incentivada desde medios como ‘La Nación’, ‘Clarín’ y ‘Perfil’, con el consentimiento de que va a faltar y que incluso no va ha haber más”, afirmó el ministro de Planificación Federal Julio de Vido. Además, el funcionario señaló que “siempre hay presiones para aumentar las tarifas”, aunque admitió que “está claro que en ocho años no nos han doblado el brazo, no nos lo van a doblar ahora tampoco”, y calificó de “puntero de la oposición al presidente de la Shell, Juan José Aranguren”, para agregar: “Hace ocho años que vienen diciendo que hay crisis energética en la Argentina, pero nunca hubo un black-out cuando Brasil tuvo tres en los últimos años”, dijo el ministro. Sin embargo, desde la Confederación Argentina de transportes de carga (Catac) contradijeron la versión oficial al sostener que la mitad de las estaciones de combustibles no contaba con gasolina. A las mentiras y disparates del ministro De Vido se agregan los de su par de Economía, Amado Boudou, que en un acto de arrogancia y desprecio a los consumidores que hacen las colas para abastecerse de combustible salió a pasear por el centro de la capital con una costosa motocicleta para manifestar a los medios que no había problemas con el combustible, que era cuestión de recorrer un poco y cargar nafta sin problemas. Es evidente que el ministro no se ha enterado de que no son tantas las estaciones a la vuelta de la esquina: en la actualidad han cerrado varias y por lo visto se seguirán cerrando. Resulta de lo más agraviante que la posición de soberbia y arrogancia de los dos ministros más importantes del gobierno nacional se pronuncie con tanta indiferencia ante un tema que a nivel país causa un perjuicio de dimensiones que superan la liviandad con que ha sido tomado desde las más altas autoridades del gobierno. Máximo Diez LE 5.450.466 Neuquén

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