Los motivos de un Valle sin fronteras

La luz es la misma y la naturaleza adherida a la geografía se hermanan. Si el suelo no tiene fronteras, tampoco el arte producido por los artistas de parajes ubicados en una y otra orilla de la Confluencia tiene razón de competir. "Valle sin fronteras" en una muestra de amplitud en la que exponen sus obras los plásticos y escultores: Ana Unhold y Gladys Jofré, Ana Rosales, Sergio Brun, Eduardo Rodríguez, Adriana Judur y Olga Modad.

NEUQUEN (AN).- Propongámonos por cada estilo o técnica elegida por los expositores, dar una breve mirada a los ancestros, a aquellos que «inventaron» el arte. No por conocidos, quizás, hay que olvidarlos.

Pero ante todo: ¿por qué el nombre de la muestra es «Valle sin fronteras»?

Las dos artistas, que de la totalidad del grupo llegaron para dar noticias, fueron Ana Unhold y Gladys Jofré. El resto, en un mediodía caluroso y brillante, estaba con sus compromisos ineludibles.

La expo, actualmente montada en el Palacio Municipal por Cultura y que la gente puede ver en el horario administrativo, nuclea a gente de una y otra orilla de la Confluencia. Quienes no alcanzaron a dialogar con este medio, fueron Ana Rosales, Sergio Brun, Eduardo Rodríguez, Adriana Judur y Olga Modad.

Por ejemplo, Judur muestra las esculturas que crea en su Cipolletti natal. Comencemos con el juego. Las primeras esculturas eran figuras toscas labradas con rudimentarios utensilios de piedra. Habría que retroceder seis mil años, hasta el comienzo de las civilizaciones egipcia y babilónica, para buscar el inicio de la historia de la escultura. Fue primordial el inventarse los útiles y herramientas de cobre, bronce y, posteriormente, de hierro.

Fue en el siglo I después de Cristo, en la época en que Plinio escribiera su «Historia Natural», libro en el que se encuentra la mayor información sobre los artistas griegos, donde se dividió el arte de la escultura en fundir metales, trabajar barro y trabajar piedra. División muy antigua y que indica la importancia que tenían ya los modeladores de materiales blandos.

Expresionismo y grabados

Cualquiera agradece tener a manos el ciberespacio, para jugar el juego de los orígenes. Jofré se define expresionista desde sus acrílicos y óleos, «a partir del color puro, saturado».

¿Expresionismo? Surge a principios del S. XX simultáneo al Fauvismo y se desarrolla en diversos grupos (El Puente, El Jinete Azul, La Nueva Objetividad, La Escuela de París) hasta la Segunda Guerra Mundial en 1940. En fechas más recientes, después de 1975, se han desarrollado corrientes expresionistas en Alemania, Estados Unidos e Italia en lo que se ha denominado con nombres diferentes: Nuevos Salvajes, Nueva Imagen y Transvanguardia, respectivamente.

En esta muestra colectiva hay una grabadora En «Valle sin fronteras» los grabados son de Ana Rosales. Pero antes que esta artista valletana hiciera lo suyo ¿quiénes marcaron el rumbo?

Muchos tratadistas resumen los grandes hitos de la historia del grabado moderno en los nombres de Durero, Rembrandt y Goya, que fue un excepcional artista sobre metal y piedra. Su obra principal se recoge en cuatro series, que parecen responder a sendos momentos de crisis personal. Pero el currículum del grabado es largo e inasible.

Penélope, Tutankhamon y el arte viviente

Y hablado de expresiones que se remontan a los umbrales de los tiempos -de los tiempos humanos, claro está- será el tapiz una de las técnicas que, naciendo de una necesidad vital: tal lo que fue tejer las vestiduras para cubrirse del frío y la vergüenza, pasó luego a avivar las horas muertas. La urdimbre fue arte.

Olga Modad es la encargada de ser vocera hoy, desde la muestra, de ese antiguo don de los dedos mágicos.

Olga viene a ser -aunque no por la misma causa sino por amor al arte- la Penélope de Homero, aquella que tejía en los días y destruía por la noche, para esperar el regreso de su amor. Olga no desteje: expone.

Las más antiguas pinturas muestran al hombre urdiendo y tramando hilos en telares primitivos. Como expresión artística decorativa, encontramos al tapiz adornando las paredes de las viviendas egipcias ya 2000 años A.C . (se encontraron fragmentos de tejidos en la tumba de Tutankhamon).

Durante el siglo pasado el arte del tapiz vuelve a decaer. No se registran grandes obras , siendo más bien la pintura el arte preferido.

Fue durante este siglo que un inglés amante de las artesanías de la Edad Media -Guillermo Morris- resucitó la manufactura del tapiz. Se comenzaron a hacer composiciones muy semejantes a las de aquella etapa planas y llenas de detalles; y hacia mediados de este siglo se produce un renacer, desbordando sus medidas clásicas para convertirse en volumen, volcarse al espacio y a diferentes materias. Fue así que el público comenzó a interesarse otra vez en la tapicería como arte viviente, y hoy entre sus diseñadores se cuentan artistas de primera línea.


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