Los neuquinos ven con incertidumbre la marcha económica del país

NEUQUEN .- Los próximos seis meses de la economía argentina generan incertidumbre, en el mejor de los casos, a la mayoría de los habitantes de las cuatro principales ciudades de Neuquén.

En la capital provincial, San Martín de los Andes, Cutral Co y Zapala, el 43,9 por ciento no sabe qué ocurrirá en el semestre venidero, pero el 37,4 por ciento aseguró que la economía empeorará.

La falta de certezas sobre la evolución económica, en consecuencia, tiñe al sector numéricamente más importante -más del 80 por ciento- de la gente que vive en los centros urbanos más poblados de la provincia, donde sólo un 18 por ciento cree que las cosas mejorarán.

En un corte de la situación económica actual, punto de partida para el análisis, un 7,7 por ciento la juzga muy buena o buena, pero se aleja mucho de lo que el resto piensa al respecto. El 45 por ciento opina que la situación del país es regular y una franja de igual magnitud -45 por ciento-, la categoriza como mala y muy mala.

Aunque sólo una minoría de los encuestados por la consultora Demoskopía demostró optimismo, los habitantes de Neuquén perciben que la provincia está, económicamente, mejor que el país en general, con diferencias por localidad ya que sólo la capital provincial y San Martín de los Andes concentran grupos que describen la situación como buena o muy buena, mientras que Cutral Co y Zapala no reflejan tal optimismo.

En general, un promedio del 14 por ciento expresa que la situación económica es muy buena o buena, pero esa franja respecto de la Nación se reduce al 7,9 por ciento.

El grupo que caracteriza la situación provincial como mala o muy mala, suma un 31 por ciento, y en el nivel nacional se manifiesta en un 45 por ciento.

De acuerdo con los informes de la consultora, los neuquinos parecen sentirse contentos de haber elegido esta provincia para vivir y no en otra, al menos bajo aspectos económicos, pues comparativamente tienen la sensación de que las condiciones de vida son mejores que en otras zonas.

El 49 por ciento lo manifiesta así mientras que sólo un 7,6 por ciento piensa que en esta provincia se vive peor.

Sin embargo, hay un fuerte bloque (44 por ciento) que no observa diferencias.

En un estudio similar realizado meses atrás por la misma consultora, los rionegrinos expresaron otras opiniones: el 25 por ciento de los encuestados describió las condiciones de vida en esa provincia como mejores, otro 25 por ciento como peores. La franja que no experimenta diferencias entre ésa y otras provincias suma un 49 por ciento.

El cuadro de Río Negro

En Río Negro ninguna persona describió la situación económica en su provincia como muy buena y un escaso 5,6 por ciento la describió como buena. Un 49 por ciento la calificó como regular y un 43 por ciento pensaba que la situación económica en Río Negro es mala -33 por ciento- o muy mala -9,5 por ciento-.

También se consultó a los encuestados de las cuatro ciudades neuquinas sobre su propia situación económica en relación con el clima general. La mayoría -el 53 por ciento- la caracterizó como regular.

El 45 por ciento catalogó así a la situación argentina. Las mayores diferencias existen en las categorías mala y muy mala. El 19 por ciento de los habitantes manifestó vivir en una mala situación, pero en referencia al país fue el 31 por ciento, mientras el 5,7 por ciento describió su situación como muy mala pero al país se lo atribuyó en un 14 por ciento.

Los encuestados consideran su propia situación económica comparativamente mejor que la del país en general y también mejor que con respecto a la situación económica en la provincia del Neuquén.

Pero también estos datos confirman la existencia de problemas económicos en la mayoría de los hogares, considerando que la descripción de un estado como regular es con frecuencia una expresión de preocupaciones.

Esto se confirma al estudiar el nivel de ingresos netos de la población económicamente activa (ver aparte).

Es probable que las personas necesiten trabajar más pero la situación del mercado laboral no lo permite. De la franja económicamente activa, sólo el 35 por ciento trabaja ocho horas diarias, el 30 por ciento entre 9 y 11 horas diarias y un 15 por ciento más de doce horas. Las dos últimas franjas, seguramente trabajan de esa forma para intentar completar el presupuesto familiar.

El 55 por ciento de quienes trabajan ocho horas diarias está en el nivel de ingresos bajos, otro 20 por ciento tiene por esa misma jornada laboral, ingresos de 600 a 899 pesos.

Si además se descuenta el 7,1 por ciento que trabaja como colaborador sin remuneración en un emprendimiento familiar, entonces apenas un 14 por ciento de quienes trabajan esa cantidad de horas se acercan o superan con sus ingresos a los costos de una canasta familiar cuyo valor es de, aproximadamente, mil pesos.