Los niños, víctimas de un conflicto ajeno

El cuádruple homicidio de La Plata sólo parece tener precedente en un hecho cometido hace 19 años en esa misma ciudad bonaerense: el asesinato perpetrado por el odontólogo Ricardo Barreda el 15 de noviembre de 1992, del que fueron víctimas su esposa, Gladys McDonald (57), sus dos hijas, Cecilia (26) y Adriana (24), y su suegra, Elena Arreche (86). Esta nueva masacre llega en momentos de conmoción generalizada por una sucesión de asesinatos de niños en el país, fenómeno al cual nuestra región lamentablemente no es ajena. El 15 de noviembre fue asesinado a golpes en Lincoln Tomás Dameno Santillán (9) y por el caso está detenido su ex padrastro. En agosto, Candela Rodríguez (11) apareció asesinada en Villa Tesei. Los principales detenidos tenían vínculos con la familia de la nena. A Gastón Bustamante (12) lo asesinaron en Miramar el lunes pasado dos delincuentes que entraron a robar a su casa. Y en Villa Regina, hace sólo tres días, Florencia Ochoa fue brutalmente ultimada a hachazos y puñaladas presuntamente por un primo de su mamá, la cual resultó gravemente herida. La masacre de La Plata suma ahora otra niña como víctima. Micaela Galli tenía sólo 11 años y, al igual que todos los demás chicos, era ajena a los problemas de los adultos que parecen haber dado origen a los crímenes. Todas víctimas inocentes. Día atrás la Asociación Civil “Casa del Encuentro” dio a conocer un informe que precisa que en lo que va de 2011 ya fueron asesinados 17 menores de edad en nuestro país en el marco de episodios de violencia “doméstica” con el objetivo de “castigar” a sus madres.