Los organismos y el público dejaron la sala vacía
NEUQUÉN (AN/ACE) – Por primera vez desde que se inicio el juicio contra los militares, ayer no hubo público en la sala de audiencias.
Desde temprano se vio sólo la presencia de Inés y Oscar Ragni, junto a Lolín Rigoni en el sector del público, y fue evidente que la organización de la APDH ni siquiera permaneció en las puertas del tribunal, como venía ocurriendo.
Desde la organización se tomó como postura «no escuchar las mentiras» que consideraron que esgrimirán las defensas particulares de los imputados.
Los Ragni y Rigoni se retiraron en el momento en el que el defensor José O´Reilly acusaba a los padres del desaparecido Oscar Ragni de haber inventado el encuentro con Olea en el Batallón (ver nota central).
En contrapartida con las butacas vacías de la sala de audiencias, el sector destinado a los periodistas estuvo colmado porque el Tribunal ubicó allí a los familiares de Olea.
No es la primera vez que esto ocurre: la semana pasada los periodistas fueron desplazados hacia otros lugares más incómodos dentro del mismo espacio, debido a la asistencia de invitados «especiales».
Ayer desde RTN se indicó que según el Tribunal están dadas las garantías para escuchar los alegatos fuera de la sala. Sólo se necesita un parlante para conectar con el cable de salida del medio estatal contratado por los jueces. Dirigentes de la APDH explicaron que los parlantes que funcionaron durante el inicio de las audiencias y los alegatos de la parte acusadora los fueron a buscar ellos mismos, ya que los ofreció la subsecretaría de Cultura de la municipalidad. Agregaron que si la defensa quiere que se escuche su postura desde la calle, «que se consigan ellos los parlantes».
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