Los países árabes toman distancia de Afganistán

No obstante, quieren que la ONU dirija el ataque.

El régimen talibán de Afganistán perdió ayer respaldo, luego de que los únicos tres países que reconocían su gobierno, Emiratos Arabes Unidos, Pakistán y Arabia Saudita, apoyaron a Estados Unidos en su campaña contra el terrorismo y contra Osama Bin Laden, refugiado en territorio afgano.

No obstante, si bien la mayor parte del mundo árabe está dispuesto a colaborar en el combate internacional antiterrorista, no apoya una alianza liderada por Estados Unidos y reclama en cambio que la lucha sea asumida desde las Naciones Unidas.

En eses sentido se expresaron Egipto, Jordania y Arabia Saudita, aliados de Washington en la región, que temen que una represalia de Estados Unidos se descargue también sobre los grupos que enfrentan la ocupación isaelí en territorios árabes. Hamas dijo que su guerraes con Israel y no con Estados Unidos.

En los ricos Emiratos del Golfo Pérsico, donde viven 110.000 afganos, están dispuestos a apoyar a Estados Unidos en caso de una acción contra el régimen talebán por refugiar a Bin Laden. El presidente de Emiratos Arabes Unidos (EAU), sheij Zaid Bin Sultan Al Nahayan, afirmó ayer su «deseo e intención de contribuir del mejor modo posible a cualquier campaña internacional para erradicar el terrorismo en todas sus formas». Esta declaración se suma a las versiones de fuentes gubernamentales que indican que los EAU están «reviendo las relaciones con el gobierno de Kabul a la luz de la nueva situación».

También ayer Pakistán, vecino de Afganistán, que tiene relaciones a través de encargados de negocios con Kabul, aceptó colaborar con Estados Unidos en su «guerra» declarada contra el terrorismo (Ver aparte).

Arabia Saudita, país en el que nació Bin Laden y en el que vive la madre del terrorista acusado de cometer el peor atentado de la historia, también se sumó a la red de apoyos buscada por Washington. Este país le revocó la ciudadanía a Bin Laden en 1994 por sus críticas hacia la familia real por la presencia de soldados estadounidenses en Arabia Saudita durante la Guerra del Golfo Pérsico (1991). El rey Fahd expresó su «solidaridad» con la comunidad mundial para enfrentar el terrorismo «para combatirlo en todas sus formas». El príncipe heredero Abdallah dijo al presidente George W. Bush que el gobierno de Ryad «está listo para cooperar con Estados Unidos de cualquier forma para identificar y castigar a los responsables de los atentados».

Las de los gobernantes de Emiratos Arabes Unidos y Arabia Saudita son palabras que tienen gran importancia -según los analistas- porque allí están ubicada bases militares estadounidenses que podrían ser utilizadas en operaciones contra Bin Laden y sus protectores.

Ultimátum

«O están con nosotros o los aislaremos»: el ultimátum partió desde Estados Unidos hacia los países árabes, en el marco de una iniciativa para la creación de una coalición global contra el terrorismo tras los atentados cometidos en contra las Torres Gemelas y el Pentágono.

El subsecretario de Estado para asuntos de Medio Oriente, William Burns, convocó el viernes a los embajadores de 15 países árabes para darles un mensaje, trascendió hoy.

«Ahora es el momento de elegir de qué lado están», señaló Burns durante la reunión a la que asistieron también los dirigentes responsables de Europa, Sudeste de Asia, Africa y América Latina. También fue invitado el representante de Siria, país que desde hace tiempo figura en la «lista negra» de los países acusados de apoyar al terrorismo y casi nunca convocado a las reuniones del Departamento de Estado.

Los responsables de la diplomacia estadounidense resaltaron que el nacimiento de una coalición está abierta a «todas las civilizaciones» y no está limitado a los países occidentales.

En tanto, Irán cerró ayer su frontera con Afganistán «para evitar las consecuencias» de una posible acción militar estadounidense contra el país gobernado por los talibanes, tras los atentados del martes, informó la agencia de noticias iraní, IRNA. Un comunicado oficial precisó que unidades del ejército y la policía iraníes fueron desplegadas a lo largo de la frontera con Afganistán, de unos 900 kilómetros, «para evitar el flujo de refugiados» a raíz de un ataque estadounidense.

Irán, que no reconoce al régimen de la milicia integrista Talibán, condenó los atentados contra Estados Unidos e hizo un llamado en favor de la cooperación internacional contra el terrorismo. (ANSA, Telam, Dpa, Reuters)

Pakistán apoya a EE. UU., con límites

ISLAMABAD (ANSA)- En una decisión que podría tener repercusiones dramáticas, el gobierno militar paquistaní decidió ayer dar «el apoyo que le sea pedido» por Estados Unidos para la «guerra» contra el terrorismo declarada por el presidente George W. Bush tras los devastadores ataques del martes.

Sin embargo, el canciller Abdus Sattar precisó que su país no participará en las operaciones antiterroristas fuera de su territorio y que se atendrá a las resoluciones de las Naciones Unidas.

A la mesura de Sattar el secretario de estado norteamericano Colin Powell contrapuso tonos más decididos al hacer el mismo anuncio y agradeció a Pakistán el haber ofrecido un «apoyo incondicionado» a Estados Unidos.

La diferencia es mínima pero significativa: con la decisión de ayer el gobierno del general Parvez Musharraf dio el vía libre a un proceso que podría desencadenar la reacción de los fundamentalistas islámicos paquistaníes, hasta ayer aliados del ejército y gobierno de Islamabad.

No hay, en efecto, dudas sobre el hecho de que el extremista saudita Osama Bin Laden y quien lo «hospeda», los talebán afganos, son los principales objetivos de George Bush.

Los talebán, en un comunicado de su cancillería, amenazaron indirectamente con «atacar» Pakistán.

Ninguno cree que esté en condiciones de hacerlo. Pero ciertamente los talebán y sus aliados en Pakistán están en condiciones de desencadenar mortíferos ataques terroristas.

El mullah Sami ul Haq, fundador de la escuela coránica Haqqania y «padre espiritual» de los talebán, amenazó con declarar la «guerra santa» contra el gobierno de Musharraf.

El general, que llegó al poder hace un año y medio con un cruento golpe de estado y que en julio se autoproclamó presidente, no tenía elección: la amenaza de Washington de cortar todos los créditos internacionales habría conducido a Pakistán a la bancarrota en unos pocos meses.

La decisión de apoyar las ofensivas norteamericanas significa, sin embargo, un vuelco tal en la política exterior del país que corre el riesgo de no ser digerida por una parte del ejército.

Un ataque frustra encuentro en Israel

TEL AVIV (ANSA).- Un ataque masivo israelí en la Franja de Gaza que incluyó naves de guerra y causó la muerte de cuatro palestinos, cerró virtualmente el camino a la esperada reunión entre el canciller israelí, Shimon Peres, y el presidente palestino, Yasser Arafat.

A despecho de las crecientes presiones internacionales para que revoque su oposición al encuentro, previsto para hoy domingo justamente en la Franja de Gaza, el primer ministro Ariel Sharon permaneció inamovible y anoche tenía una reunión «aclaratoria» con Peres.

Sharon intentará «explicar» que después de los devastadores ataques en Estados Unidos un encuentro cara a cara con Arafat amenaza con «dañar los intereses de Israel».

Por su parte, obligado por el ataque israelí a abandonar ayer en la ciudad de Gaza el edificio donde estaba reunido el Consejo Nacional Legislativo (Parlamento) palestino, Arafat acusó de inmediato a Sharon de haber ordenado la ofensiva en la Franja de Gaza para «impedir» la reunión con Peres.

«Sharon tiene grandes planes alternativos a la paz, con más agresiones, con una mayor escalada», señaló el negociador jefe palestino Saeb Erekat.

El ataque israelí en la Franja de Gaza se desarrolló sobre tres frentes, con el empleo de helicópteros de combate, tanques armados, naves de guerra y -según los palestinos- también cazambombarderos F-16.

Al norte, no lejos de la residencia de Arafat en Gaza y en acción combinada, helicópteros «Apache» y tanques armados atacaron una instalación de la marina palestina y un puesto de avanzada de los servicios de información resguardados del asentamiento judío de Netzarim.

Al sur, el objetivo fue en cambio un puesto de la policía en Rafah, en el límite con Egipto.

En la zona central de la Franja de Gaza, también fue atacado el campo de refugiados de Nusairat, donde los integristas de Hamas organizaron el viernes una manifestación enarbolando -junto con el de Mohamed Salah Habeishi (el primer kamikaze árabe-israelí)- un gran retrato de Osama Bin Laden, el millonario de origen saudita considerado por Estados Unidos el sospechoso por los ataques.

Advertencia de Saddam Hussein

BAGDAD/EL CAIRO (Dpa).- El hombre fuerte de Irak, Saddam Hussein, advirtió ayer a Estados Unidos que lanzar un ataque de represalia, eventualmente contra Afganistán, u otro país islámico, sería una «respuesta equivocada».

En una carta abierta «al pueblo estadounidense y a Occidente y sus gobiernos», leída en la televisión iraquí, Saddam admitió la gravedad de la tragedia del martes, pero al mismo tiempo recordó que en su país ha muerto «más de un millón y medio» de personas a causa de los ataques militares de Estados Unidos y por las consecuencias del embargo de las Naciones Unidas. Además, recordó que cada día mueren muchas personas en los territorios palestinos por el despliegue de armas estadounidenses por parte de Israel.

En su carta abierta, el mandatario iraquí no expresó satisfacción por los ataques del martes en Nueva York y Washington, algo que sí había hecho inmediatamente después de conocerse las acciones suicidas. Tampoco hizo mención a un posible ataque de Estados Unidos contra su país. Asimismo, sostuvo que el fin del terrorismo radicaría en una remoción de sus causas, incluyendo el favoritismo de Estados Unidos hacia Israel, en lugar del lanzamiento de operaciones militares contra otros pueblos.

«Lo que Washington necesita es sabiduría más que poder», citó a Saddam la oficial Agencia de Noticias Iraquí(INA). «La seguridad de Estados Unidos y del mundo ciertamente se alcanzará si Washington se disocia de la siniestra alianza con el sionismo, que planea despojar al mundo de su riqueza e inundarlo con sangre y oscuridad», dijo.


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