Los peligros se suman en la Ruta 23

Los trabajos que se realizan en algunos sectores, sumados a la sequía que afecta a la Región Sur, transforman su recorrido en una verdadera odisea.

Dos empresas construyen la obra básica para el futuro asfalto.

INGENIERO JACOBACCI (AJ).- El pésimo estado y los trabajos que se realizan en el marco de la construcción del asfalto, convirtieron al tramo de tierra de la Ruta Nacional 23 en un sector muy peligroso y de difícil transitabilidad. Los 602 kilómetros de esta ruta unen la cordillera con el mar por la Región Sur rionegrina. La mitad está asfaltada y en algunos sectores del tramo que va desde Los Menucos hasta Bariloche la obra está en construcción. Como es habitual en esta época, el tránsito se incrementa considerablemente. Muchos turistas la eligen para unir Bariloche con Las Grutas o viceversa, para acortar distancias –por el Valle deben recorrer 400 kilómetros más– o para acceder al beneficio del combustible subsidiado. Sin embargo muy pocos se interiorizan de su estado antes de emprender el viaje y a pocos kilómetros de transitarla se encuentran con una verdadera odisea. Los primeros 15 kilómetros desde Los Menucos hacia el oeste presentan pozos, serrucho y guadales. Desde allí hasta Aguada de Guerra, a pesar de que aún no está terminada la obra, se habilitó un tramo de asfalto. A partir de allí hasta Maquinchao, los pozos, el serrucho y las piedras vuelven a formar parte de fisonomía. Obra básica destruida Hace ya un par de años quedó construida la obra básica entre Maquinchao y Jacobacci, pero la licitación del pavimento para este tramo viene sufriendo postergaciones. La demora y el tránsito han generado un gran daño. La obra básica presenta grandes “huellones”, piedras sueltas y serrucho. A par va la vieja traza de la ruta en la que a mediados de enero trabajaron maquinarias de Viarse, pero, lejos de mejorarla, el movimiento de tierra fue perjudicial. El calor, la intensa sequía y el tránsito, han convertido a los 35 kilómetros que separan a Maquinchao del denominado “Kilómetro 602” en un gran guadal por donde se hace muy difícil circular. Para evitar quedar “encajado” en los colchones de tierra, los vehículos circulan a altas velocidades generando inevitablemente grandes nubes de polvo en suspensión. “Es un peligro porque hay mucha tierra fina suelta, que con el paso de los autos queda suspendida en el aire y no ves por donde vas y si viene alguien de adelante o de atrás. Tuvimos que ayudar a desencajar una Trafic que iba con un grupo de chicos. Se cayó en un gran pozo que estaba cubierto de polvo. Es la primera y última vez que vengo por esta ruta” señaló a “Río Negro” un turista chileno que se dirigía a las costas argentinas. Desde el “Kilómetro 602” a Jacobacci la ruta vieja presenta un estado aceptable, pero desde esta ciudad hasta Pilcaniyeu Viejo, vuelven a aflorar las piedras, el serrucho, los pozos y algunos cortes generados por la tormenta del pasado 12 de enero. Entre Pilcaniyeu Viejo y la localidad de Pilcaniyeu y entre el río Pichi Leufu y La Fragua, el movimiento de tierra y el tránsito de vehículos pesados es intenso. Dos empresas construyen la obra básica para la pavimentación de estos tramos, en unos 50 kilómetros que deben transitarse muy despacio y con mucho cuidado. Algunos camiones que transportan el material de “relleno” circulan a velocidades más altas que las permitidas en estos casos. Hay cortes y desvíos –en algunos con escasa señalización– que confunden a los automovilistas. A ello se suman la sequía y el intenso tránsito, combinación que deriva en la formación de polvillo en suspensión que reduce la visibilidad y genera un peligro latente.


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