Los políticos aún tienen que aprender a usar las redes sociales
El periodista Nicolás Malpede analiza una relación que está en pleno proceso de desarrollo.
En los últimos años las redes sociales se convirtieron en una de las plataformas preferidas de los políticos para transmitir sus ideas, principalmente en periodos electorales. Sin embargo, el uso que hacen de ellas aún no es el adecuado, ya que -lejos de aprovechar al máximo sus potencialidades comunicativas- las utilizan como una herramienta de propaganda política y no como una estrategia comunicativa amplia.
Los políticos siempre utilizaron distintas herramientas de comunicación social para adquirir relevancia en el plano social y para transmitir sus mensajes. Si bien en el último tiempo las redes sociales se transformaron en los soportes de comunicación predilectos de los dirigentes políticos, su utilización se encuentra en un proceso de desarrollo.
El actual presidente de Estados Unidos, Barack Obama, fue el precursor en la implementación de las nuevas tecnologías en la gestión política. En su campaña electoral de 2008, el mandatario utilizó Facebook, Twitter, Youtube, sitios web y hasta foros para transmitir sus discursos e ideas.
Obama, junto a su equipo de asesores, llevó adelante una clara e innovadora campaña, centrada en la participación ciudadana y adaptada a las redes sociales. El resultado de esta estrategia electoral fue sumamente positivo, ya que se convirtió en el presidente de Estados Unidos.
El mandatario congregó a millones de personas en las redes. Informaba sobre sus actos y si bien muchos de sus mensajes eran emitidos en primera persona, tiempo después de las elecciones presidenciales admitió que contaba con un equipo de administradores y asesores que se encargaban de escribirlos.
El “caso Obama” dio cuenta del poder de las redes sociales y de los nuevos medios en la comunicación política.En los últimos años la comunicación política cuenta con un nuevo elemento: las redes sociales. Estas aportan un ámbito más en donde se producen intercambios de mensajes, que contribuyen a mejorar y ampliar la participación ciudadana.
El uso que los políticos hacen de las redes en Argentina está lejos de ser el correcto, ya que no aprovechan las grandes potencialidades que otorgan.
Espacios de intercambio y de conversación
“Los políticos utilizan en general las redes sociales como herramienta de propaganda política y no como plataforma de comunicación. Vuelcan el modelo tradicional y unidireccional de propaganda a las redes sociales. Las usan más como gacetilla de prensa que como espacio de interacción permanente. Por eso, es lógico que las abandonen cuando terminan la campaña”, sostiene Alejandro Rost, docente e investigador de la Universidad Nacional del Comahue y doctor en Periodismo y Comunicación por la Universidad Autónoma de Barcelona.
El especialista destaca que “sucede algo parecido con las cuentas oficiales de los medios de comunicación, que son concebidas sólo para distribuir sus propios contenidos y no para intentar conectar con sus lectores”.
Para el docente, las redes sociales requieren otro tratamiento, implican “un modelo diferente de comunicación: son espacios de intercambio y de conversación”.
“No son sólo un ‘muro’ para depositar fotos de campaña y difundir los últimos actos. Son también espacios para recoger ideas, necesidades, propuestas, críticas y elogios. Y lugares para responder y reaccionar a esas intervenciones”, afirma, para ampliar su idea.
En cuanto a los contenidos más enlazados por los políticos, Rost indica que en su mayoría son notas de sus propios gabinetes de prensa y noticias periodísticas que muestran una buena imagen de sí mismos.
La posibilidad de llegar con sus mensajes a millones de personas y de interactuar con ellas, es una gran ventaja comunicativa, que -salvo algunas excepciones- los políticos aún no consiguen explotarla al máximo.
Las redes sociales, bien utilizadas, tienen un poder infinito, que hasta puede -y a veces lo logra- contribuir a enriquecer la comunicación política.
El poder de las redes
En el plano mundial, la red social más utilizada es Facebook, con 845 millones de usuarios en el mundo y con una fuerte penetración en la región, asegura Rost, y agrega que en segundo lugar se encuentra Twitter, “que tiene también una inserción creciente, sobre todo entre periodistas”.
El investigador aclara que también YouTube es muy utilizada para volcar videos de candidatos y dirigentes.
Si bien todavía prevalece la utilización de Facebok sobre Twitter, ésta última está ganando mucho protagonismo desde hace un tiempo a esta parte, ya que, por caso, muchos dirigentes apelan a Twitter para realizar comentarios a través de sus celulares desde cualquier parte del mundo.
En tiempos de elecciones
Muchos políticos recurren a Twitter y Facebook en periodos de elecciones para difundir sus propuestas y luego de la etapa electoral, las cuentas quedan en desuso. Trasladan el esquema tradicional y unidireccional de propaganda política a las redes sociales.
Los expertos consideran que esto ocurre por la falta de capacidad que poseen los políticos para utilizar correctamente las redes y aprovechar al máximo sus potencialidades. “Las abandonan porque las utilizan sólo cuando necesitan de sus electores”, opina Rost.
“Es natural que, luego de las elecciones, las cuentas de algunos políticos tengan menor actividad pero en la mayoría de los casos directamente quedan abandonadas, sin ninguna actualización”, añade.
Tanto en periodos electorales como fuera de ellos, la mayoría de los políticos transmiten sus mensajes de manera unidireccional y desvirtúan la esencia de las redes sociales.
Rost considera que la interacción “está en la naturaleza” de las redes, ya que “forma parte de su ADN”. “Si se está en las redes sociales, hay que interactuar”, asevera.
“Cuando las redes sociales son utilizadas en forma unidireccional, se empobrece la calidad de la participación de los ciudadanos, que comienzan a gritar a alguien que saben que no escucha. Cuando hay compromiso y diálogo por parte de los políticos, se alienta a una mejor calidad en la participación ciudadana en esos espacios”, manifiesta el investigador.
Hablan los protagonistas
“Yo interactúo mucho con la gente y contesto absolutamente todas las consultas que me hacen tanto en Facebook como en Twitter”, asegura Gustavo Gennuso, ex candidato a intendente de Bariloche por el Frente Social del Pueblo y actual titular del Instituto Municipal de Tierra y Vivienda para el Hábitat Social (IMTVHS) de dicha ciudad.
Gennuso creó ambas cuentas en 2011, con el objetivo de enriquecer su campaña política, pero -a diferencia de muchos- luego de la vorágine electoral las siguió actualizando hasta el día de hoy.
El ahora funcionario municipal llegó a consultar vía Facebook las opiniones de sus “amigos” acerca del ofrecimiento que le realizó el año pasado el intendente de Bariloche, Omar Goye, para hacerse cargo del IMTVHS.
Si bien reconoce que la decisión de aceptar o no el cargo “la iba a tomar yo”, admite que “me interesaba mucho saber qué pensaba la gente sobre la propuesta que había recibido.
“Lo hice contra todos los pronósticos, porque muchos me decían que no lo hiciera. Quería que comenten las personas de barrio y por suerte así fue. A todos les contesté”, expresa.
“En Facebook me hacen muchas consultas sobre las tareas que realizamos en el Instituto y por lo tanto interactúo bastante. Contesto todo: lo mensajes privados, los que llegan por el chat y los que dejan en el muro”, sostiene.
Gennuso tiene 1828 amigos en Facebook y 196 seguidores en Twitter. “Las redes sociales son herramientas muy poderosas si se saben utilizar. A mí me permiten contactarme con la gente”, dice, y agrega que desde que asumió el nuevo cargo, utiliza mucho las redes para informar sobre los trabajos que desarrolla en su función pública.
“Mi estrategia es contar permanentemente lo que estamos haciendo, pero no es para cualquiera, porque hay que tener ganas y predisposición para actualizar todo el tiempo”, aclara.
Por su parte, el también ex candidato a jefe comunal de Bariloche y actual concejal del Frente Grande de la ciudad lacustre, Carlos Valeri, explica que decidió crear una cuenta en Facebook durante la campaña desarrollada en 2011. Pero, al igual que Gennuso, luego de las elecciones continuó actualizando su perfil.
Tiene 1550 amigos y dedica cerca de una hora todas las mañanas a responder los comentarios que le realizan los vecinos. “Contesto todos los mensajes”, asegura.
El edil cuenta que se encarga pura y exclusivamente de “interactuar con la gente”, mientras que su secretaria personal es quien publica noticias en su muro. “Los dos tenemos la contraseña y le damos contenido a este importante espacio de comunicación”, manifiesta.
“Muchas veces a través de Facebook pacto entrevistas con los vecinos y eso está muy bueno, porque a ellos les resulta muy sencillo acordar por este medio”, destaca, y señala que “esta herramienta me da la posibilidad de comunicarme con personas de todas las clases sociales de la ciudad”.
“Las redes sociales son muy útiles. La verdad que yo, desde el desconocimiento, no sabía que sus potencialidades eran tan grandes, porque soy de una generación que no creció con una computadora”, confiesa.
El dirigente frentegrandista, además de crear una cuenta en Facebok, durante su campaña lanzó su sitio web (www.carlosvaleri.com.ar), en el que los vecinos podían buscar sus barrios a través de un mapa y ver las propuestas que el entonces candidato a intendente había realizado para cada sector de la localidad.
La gente también podía proponer ideas vía comentarios e incluso debatir sobre diversas temáticas.
“La página sigue estando, pero obviamente ya no son muchas las personas que ingresan o comentan, pero durante la campaña sirvió para conocer sus problemas”, reconoce.
La web 2.0 y una nueva manera de interrelacionarse
Desde hace unos años la solidez y consolidación de la web 2.0 modificó la comunicación tradicional y las redes sociales se convirtieron en un gran protagonista de este fenómeno, producto -claro está- del avance de las nuevas tecnologías de la información.
A través de las redes miles de personas logran interactuar y discutir sobre diversas temáticas. De este modo, los mismos usuarios generan ámbitos de interacción y participación ciudadana.
Los políticos, en tanto, buscan en muchos casos plantear temas, con el objetivo principal de que trasciendan las fronteras de la web y sus comentarios aparezcan en los medios de comunicación tradicionales.
A la luz de los hechos, muchas veces lo consiguen, ya que hay una gran cantidad de casos en los que las publicaciones realizadas por políticos en las plataformas digitales fueron replicadas en programas televisivos y radiales, y diarios.
El poder de la política 2.0 en Argentina
En Argentina, las redes sociales tomaron protagonismo en 2009. Twitter es la herramienta predilecta de los dirigentes políticos argentinos, aunque -como hemos visto- aún no la utilizan de una manera correcta.
Si bien las redes sociales se muestran como una válida opción informativa, ¿podrán convertirse en un pilar fundamental de la gestión política? “Sí, de hecho, lo han sido”, dice Rost y, para sustentar su respuesta, cita a Manuel Castells, quien en su libro “Comunicación y Poder”, sostiene que la campaña de Barack Obama en las últimas elecciones presidenciales demostró “el enorme potencial político de Internet”.
“Más allá de este caso puntual en época de elecciones, ha quedado demostrado el poder de las redes sociales y los nuevos medios en la política insurgente: movimientos ecologistas, las revoluciones en los países árabes y los movimientos antiglobalización, por ejemplo. Para todos estos actores, la web es una plataforma de comunicación, organización y movilización”, indica el docente.
Las redes sociales llegaron para quedarse y a través de su potencialidad, enriquecer la comunicación política. La posibilidad de llegar con sus mensajes a millones de personas y alcanzar un contacto permanente con ellas, son dos claras ventajas que brindan y que la clase política tendrá que saber explotar.
Por Nicolás Malpede
nicomalpede@yahoo.com.ar
En los últimos años las redes sociales se convirtieron en una de las plataformas preferidas de los políticos para transmitir sus ideas, principalmente en periodos electorales. Sin embargo, el uso que hacen de ellas aún no es el adecuado, ya que -lejos de aprovechar al máximo sus potencialidades comunicativas- las utilizan como una herramienta de propaganda política y no como una estrategia comunicativa amplia.
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