Los presuntos cabecillas cambiaron su estrategia
ZAPALA (AZ y AN)- El juego de la doble identidad que utilizó la aerobanda que intentó dar el golpe en el Bansud tuvo una nueva manifestación: cuando le preguntaron su nombre, el que todos conocían por Pablo Escobar dijo llamarse Carlos Horacio Escobar.
Antes otro de los detenidos había dado un nombre falso: David Peralta, quien resultó ser Gustavo Arias.
Quien no tuvo inconvenientes en ese sentido fue Pedro Amelio «Tito» Fridman, también conocido por sus íntimos como el «Pelado». Los dos se presentaron ante la jueza Silvia Grichener y, enterados de la liberación de los pilotos, cambiaron su estrategia y decidieron no declarar.
Escobar, de 25 años, es bajo, usa cabello corto y tiene una cicatriz en el costado izquierdo del labio superior.
No le contó a la jueza por qué había mentido sobre su nombre cuando fue detenido en Tres Arroyos, pero trascendió que lo hizo para despistar a la policía bonaerense con la que tiene serios problemas por razones especiales: se ha fugado varias veces de sus cárceles.
Su nombre, al fin, lo cambió a medias. Su apellido es el verdadero y «Pablo» se llama uno de sus cuatro hermanos. Es oriundo de San Rafael, Mendoza, y dicen que fue quien hizo la inteligencia del fracasado atraco a Bansud.
En esta ciudad no sólo los esperaban en la policía y la justicia: desde hace varios días lo aguardaba su mujer.
Dicen que «Tito» Fridman, de 50 años, asumió el tropiezo de «caer» con la filosofía de un veterano del delito. Llegó con la cabeza erguida a Tribunales y no se ocultó la cara, como hizo la mayoría de sus compinches. Escoltado por dos policías caminó como con desgano y con la inexpresividad dibujada en el rostro.
Lo primero que hizo fue pedir que lo sacaran de la comisaría, el lugar donde pasó su primera noche de detenido en Zapala. Debe haber esgrimido algún argumento razonable porque, se dijo, lo llevaron al departamento de Seguridad, ubicado a pocos metros y con un sistema de controles y vigilancia diferente. «Y también otros jefes», deslizó la fuente, revelando la verdadera razón del pedido.
A los dos los asiste el abogado neuquino Hugo Cáceres, quien ayer anticipó que a su criterio no hay elementos para sostener la acusación contra sus clientes.
Fridman sería el verdadero organizador del golpe, pero le habrían fallado los colaboradores locales.
Escobar y Fridman tienen mucho por decir y lo harían la próxima semana. ¿Estarán esperando al juez Trova?. Grichener lo está subrogando por una licencia.
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