Los que echaron raíces

La joven y prolífica familia Vallejos llegó de Huincul en el 57

Según pasan los años, a Mario Juan Vallejos (80) algunos recuerdos se le hacen agua entre las lágrimas y por eso sus hijos Mario “Oscarcito” y Estela lo ayudan: –¿Te acordás, viejito? Y don Mario cuenta que llegó a Catriel a los 25 años, en 1957. Trabajador de la estatal YPF, vino contratado por la compañía cuando ésta hacía las primeras exploraciones. Casado con doña Mary, estaban en Huincul, junto a sus hijos Estela, Oscar y Laura. Pero un día, el destino cambió de rumbo y fue así que “vinimos en un camión cuando acá no había ni agua, ni luz, ni gas”, relata. Tenaz, mientras Mario cumplía horario en su trabajo, doña Mary comenzó a desmontar y a acondicionar el lugar. Fallecida hace tres años, “además de poeta era enfermera universitaria, sólo se dedicó a trabajar en YPF y a cuidar a los chicos, porque acá nacieron Nora y Gabriela. Aún sin estar de servicio Mary atendió a los heridos cuando se incendió el Pozo 1 y en el siniestro del colectivo en Señal Picada”, hechos que marcaron a la población. Los Vallejos levantaron su morada a escasos metros de la ribera del río, en el sector chacras y durante el horario escolar, doña Mary carpía el terreno que llenó de plantas, árboles y flores; en tanto Mario permanecía en el “campo” (denominación de los yacimientos petroleros) “adonde se nos bajaba la comida en helicóptero”.

testimonios de vida

Mario Vallejos, petrolero, y Mary, la enfermera de YPF


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