Los rebeldes preparan la transición y la OTAN se va

Las tropas internacionales se van a fin de mes, tras la muerte del Gaddafi.

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El cuerpo del ex dictador fue a parar a la cámara frigorífica de un centro comercial, a la espera de una investigación que eche luz sobre cómo murió.

“Se terminó”, el titular que se repitió en varios diarios en inglés del mundo árabe.

TRÍPOLI.- Los libios esperaban ayer que los insurgentes que derrocaron a Muammar Gaddafi proclamen la “liberación” total del país, tras la muerte del derrocado líder en la batalla de Sirte, su último reducto.

Al mismo tiempo, la OTAN anunció que pondrá fin el 31 de octubre a su operación marítima y aérea en Libia tras alcanzar un “acuerdo preliminar” en ese sentido entre los representantes de los 28 países miembros de la Alianza reunidos en Bruselas.

“Está confirmado. Anunciaremos la liberación total de Libia el domingo en la plaza del tribunal de Bengasi”, aseguró un alto responsable del Consejo Nacional de Transición (CNT) que pidió el anonimato.

Es en esta plaza, rebautizada plaza de los Mártires, a unos mil kilómetros al este de Trípoli, que los opositores –convertidos en rebeldes y luego en nuevas autoridades– desafiaron al régimen de Gaddafi en los primeros días de las protestas de mediados de febrero.

Esta proclamación pondría fin a un conflicto de ocho meses en el que murieron al menos 30.000 personas, según cifras de las nuevas autoridades libias.

El CNT, reconocido por la ONU y por más de unos 60 países como representante legítimo del pueblo libio, había publicado a principios de septiembre una “hoja de ruta” para una nueva “Libia libre” que prevé la instauración, un mes después de la liberación del país, de un gobierno de transición a cargo de organizar elecciones generales ocho meses después y entregar el poder a una Asamblea elegida.

El número dos del nuevo régimen, Mahmud Jibril, viajó a Misrata (200 kilómetros al este de Trípoli) para ver los restos de Muammar Gaddafi expuestos en una cámara fría. Dijo estar “aliviado” que se haya terminado.

Miles de personas se acercaron para observar el cadáver.

“Aún nos quedan dos etapas: Saif y Senusi”, dijo Jibril en alusión a Saif al Islam, hijo de Gaddafi presentado a menudo como su sucesor, y Abdalá Senusi, el jefe de los servicios secretos del ex dictador, ambos buscados por la Corte Penal Internacional por sospechas de crímenes contra la humanidad.

Muammar Gaddafi, de 69 años, en el poder desde hacía 42 años, se hallaba prófugo desde la caída de Trípoli a fines de agosto. Fue capturado vivo el jueves cerca de Sirte (360 km al este de Trípoli), su ciudad natal, y ultimado a balazos poco después, en circunstancias aún poco claras.

Se trata del primer dirigente que pierde la vida en las tumultuosas rebeliones de la “Primavera Árabe” que desde su inicio en diciembre pasado ya provocó la caída de tres añejos dictadores –el tunecino Ben Ali, el egipcio Hosni Mubarak y Gaddafi– y que tiene en jaque a los gobernantes de Siria, Yemen y Bahrein.

Según varias fuentes, el ex dirigente se encontraba en un convoy que fue bombardeado por aviones de la OTAN cuando intentaba huir de Sirte. El ataque dejó numerosas víctimas, pero el ex dictador aún estaba con vida cuando combatientes del Consejo Nacional de Transición (CNT) lo capturaron.

Gaddafi se había refugiado en un caño de desagüe de donde fue sacado por combatientes del CNT antes de ser mortalmente herido en un tiroteo en la espalda y una pierna, según responsable militar, y en la cabeza, según Jibril.

En un video difundido en internet, un joven combatiente de Bengasi, que presenta un anillo y un saco que habrían pertenecido a Gaddafi, cuenta que detuvo al ex dirigente y que lo mató con dos balas cuando combatientes insistieron para llevarlo a Misrata.

El jueves, la comunidad internacional saludó la muerte del ex dictador y llamó a los libios a la reconciliación y a la construcción de un país libre y democrático. Pero varias voces se hicieron escuchar desde entonces por el malestar que provocó las circunstancias de la muerte de Gaddafi.

La viuda de Muammar Gaddafi, Safia, refugiada desde fines de agosto en Argelia, reclamó una investigación de la ONU y pidió que el cuerpo de su marido como el de su hijo Muatasim, muerto el jueves en Sirte, le sea entregado.

Según varias fuentes del Consejo militar de Misrata, el cadáver sería enterrado en un lugar secreto, para evitar peregrinaciones a su tumba.

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos también pidió ayer una investigación y Estados Unidos llamó al CNT a la “transparencia” en el caso, mientras que Amnistía Internacional evocó un posible crimen de guerra y Rusia se interrogó sobre la legalidad del ataque de la OTAN.

el fin del régimen libio


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