Los «riesgos enormes» de la suspensión de Batasuna

Por Patrick Fort

El cierre de las sedes de Batasuna llevado a cabo el martes y la suspensión de las actividades de esta formación independentista radical, decretada el lunes por el juez Baltasar Garzón, así como su eventual ilegalización «tienen riesgos enormes», como el de un recrudecimiento de los atentados de ETA, según el sociólogo vasco Javier Elzo.

«Para mí, existen ahora tres posibilidades. Ninguna es francamente esperanzadora. La ilegalización de Batasuna tiene riesgos enormes», afirmó Javier Elzo, profesor de sociología en la Universidad de Deusto (Bilbao) y autor de numerosos estudios sociológicos sobre el conflicto en el País Vasco.

Nacionalista moderado próximo al Partido Nacionalista Vasco (PNV) y de su aliado en el gobierno vasco Eusko Alkartasuna, Elzo es un objetivo potencial de ETA por sus posiciones anti-radicales, siendo acompañado permanentemente por un escolta.

«Primera posibilidad. Batasuna -dice- es asfixiada económica, judicial y políticamente. Sus votantes independentistas dan el salto a otros partidos y en particular a Aralar. Es la proyección que justifica la ilegalización de Batasuna. De acuerdo, pero ¿por qué ETA depondría las armas en este escenario?, se pregunta Elzo, quien, no obstante, confiesa entender la prohibición de Batasuna desde el punto de vista «moral y ético».

«ETA seguiría matando donde y cuando quiera. Y desde un punto de vista estrictamente policial no veo la ventaja de ilegalizar Batasuna, ya que Batasuna tiene un núcleo duro, muy duro, de 30.000 ó 40.000 militantes que pueden transformarse en un gigantesco ejército en la sombra. No veo qué gano yo para mi seguridad con esto. Más bien lo contrario».

«Segunda posibilidad: Batasuna y ETA entran en sus cuarteles de invierno. El entramado de ETA está tocado por la acción de Garzón. A lo mejor, hay una tregua de hecho no declarada. Al tiempo que esperan las elecciones europeas, Batasuna llevaría el dictamen judicial hasta el tribunal europeo de los derechos humanos», según Elzo.

Durante ese tiempo, «incluso podría adoptar los mismos estatutos que Batasuna -Francia. (…) Durante este tiempo, cada uno acumularía fuerza, y en casos de endurecimiento como éste, los radicales acaban imponiéndose a los más posibilistas», asegura.

«Desgraciadamente, la tercera opción es la más probable: hay una victimización de Batasuna. ETA se siente reafirmada en sus planteamientos y da un salto cualitativo con atentados sin aviso», teme este sociólogo.

«Algunos en España acabarían diciendo: «Basta, hagan lo que sea. ¿Quieren la independencia? Que se vayan». En el País Vasco, ETA mata a los concejales del PP (Partido Popular, en el poder en Madrid) y del PSOE (Partido Socialista, principal de la oposición) que son incapaces de completar las listas municipales de junio del 2003. Nosotros les propusimos completar la listas, nosotros nacionalistas con riesgo personal, para apoyar la libre expresión. Pero el PP no quiere», continúa Elzo.

«El paso siguiente lógicamente es que el gobierno cancele las elecciones alegando la ausencia de libertad y de condiciones democráticas. Nos convertiríamos entonces en el único enclave no democrático de Europa. Las instituciones vascas perderían toda credibilidad, ETA suplantaría al PNV como referente del nacionalismo vasco. 40 años después de su creación, sería el gran triunfo de ETA», concluye Elzo. (AFP)


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